XIII Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín


EL PLANETA DE LOS BÓVIDOS

Alberto Rufas Bafaluy

La cuenta llegaba a su fin: faltaban escasos minutos para el siete de julio. La multitud se agolpaba mansamente por las calles. Como novedad para ese año se iba a realizar la primera carrera nocturna. Muchos dudaban, dada la vista más bien precaria de los toros, pero pensaron que sería una manera de igualar la contienda: últimamente el número de muertes aumentaba sin remedio.
Sonó el cohete, se abrió el portón y salieron corriendo ansiosos los hombres, dando codazos y empujándose entre ellos. Tenían un minuto de ventaja antes de que los toros se pusieran a perseguirlos.
 

SOLO QUEDAN PLAZAS DE CABESTROS

José A. Gago Martín

-Malos tiempos para el negocio, -dijo el ganadero.
Se paseaba, inquieto. El Administrador lo miraba serio, sentado en el borde de la silla, frente a los papeles llenos de números rojos.
El mayoral, repantigado en el hondo sofá de cuero, paladeaba con placer sorbitos de brandy: hay que disfrutar los buenos momentos, pensaba, porque nunca se sabe cuándo volverán.
-Manolo, -lo sacó de su ensoñación la voz del ganadero-, ¿se te ocurre algo?
-Podemos brindar por los buenos momentos.
-No me toques los… Acaban de cancelar los encierros de San Fermín y me vienes con esas. ¿Qué hacemos con los toros?
-Habrá que explicárselo, don Julián.
-Tú eres el que mejor se entiende con ellos. Se lo dices, con tacto, que este año no toca una muerte gloriosa en la arena, toca el matadero.
El mayoral reunió a los toros para explicárselo:
-Tengo dos noticias, una buena y otra mala.
-La buena, la buena, -propusieron todos.
-Este año, no tendréis que correr en Pamplona.
Todos comenzaron a retozar por la pradera llenos de júbilo incontenible.
-Queda la mala, -levantó la voz el mayoral-, iréis todos hacinados camino al matadero. Y si alguno quiere correr el año próximo, tendrá que pasar por el quirófano.