XIII Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín


LA EXPERIENCIA DE UN EMPLEADO DE PARQUES Y JARDINES

Carlos Servent Mañes

Me desperté y era una burbuja . Y allí estaba yo junto a miles de burbujas blancas. Era seis de Julio. Durante el viaje hasta la plaza del ayuntamiento podía sentir como los latidos del corazón se iban acelerando. Llegó el momento, Patxi agitó la botella y todo fue una sola cosa, el chupinazo, la algarabía, los pañuelicos; empezó la fiesta. Salí disparado. El viento me llevó a la plaza del castillo donde una madre acompañaba a sus hijos para ver a los Kilikis, me acerqué, y recibí un vergazo de Caravinagre que me mandó a la tómbola y quedé estampado en la tostadora. Dos australianos compraron un boleto y al poco estaba subido en la fuente de navarrería. Salté junto a la tostadora. Los aires de fiesta me pusieron encima del saxofonista del “bullicio Pamplones”. Tomamos unos vinos y decidí ir a ver el encierrillo. El silencio hizo que me quedara dormido. A las ocho, sonó el cohete y me encontrre subido a lomos de un astifino que en apenas dos minutos me llevó a la plaza de toros. Así, fueron volando los días y llegó el catorce. Pobre de mí, me disipé. 

POR ESTAS CALLES

Luis De La Cruz Pérez Rodríguez

POR ESTAS CALLES
…un muchacho nos ayudó a llevar el equipaje.
Toronto StarWeekly27/10/1923

—Señor, señor…Permítame ayudarlo con el equipaje.
—Sí muchacho…thankiu. Te lo agradeceré además de pagártelo.
—Señor, muchos años atrás cuando usted visitaba Pamplona en compañía de su esposa también les ayudé con las valijas.
—Sí, no lo he olvidado, pero ¿Cómo haces para mantener igual figura?
—Estoy muerto, señor. Aparento la edad que tenía en los años 20 cuando perecí entre las astas de un toro.
—Sí…he visto tanto…pero lo recuerdo. Fue en la arena mientras toreabas con garbo y destreza.
—Maldito descuido…una mirada inoportuna…Pero usted tampoco pertenece al mundo de los vivos ¿verdad?
—Tienes razón…corté mi vida con un disparo en 1961.
—Entonces somos los espíritus que regresan al ruedo.
—No exactamente, somos solo dos almas de las tantas que vuelven. Si observas con atención verás por estas calles príncipes rusos, artistas de Hollywood, oficiales de diferentes ejércitos, cantantes de ópera, toreros famosos y hasta algún que otro ministro…todos desencarnados.
—Cierto señor Hemingway. El san Fermín convoca y reúne a vivos y muertos. Por eso y por mucho más, como bien se dijera en su crónica del Toronto Star: ningún carnaval puede compararse con estas fiestas.