LO QUE ESTE AÑO NO ACABA EN 14
Miguel Molina Alás
Hoy no se agitarán tristes los pañuelos, no encenderemos velas en su despedida; hoy no sonarán trombones ni trompetas ni tambores anunciando la salida. No puede haber un adiós si no pudo haber un reencuentro. Al fin y al cabo, no nos podemos perder de vista si nos hemos perdido el momento.
Lo bonito de esto es que podemos convertir el punto de clausura en puntos suspensivos, podemos permitirnos dejar pendiente la asignatura para retomarla más adelante con un intensivo.
Hoy la última campanada no marca sino el inicio de un nuevo día, hoy no nos abrazaremos como si se nos fuera la vida. La plaza no se irá
poco a poco vaciando, porque el vacío estos días ya se ha ido acomodando.
Hoy, hoy en concreto, no sentiremos, no sentiré pena especial y tal vez así es mejor pues nadie se tendrá que enfrentar a ningún final. Y puede que en verdad no esté tan triste, lo confieso, pero solo se debe a que HOY no nos falta razón cuando afirmamos que para vernos: ya falta menos.
A CORRER
Victoria Galmarini
Uno de enero, dos de febrero… Un estruendo. ¿Ya? ¿Ya es seis de julio?
La gente invade las calles, todo se vuelve de color rojo.
Escucha, pequeño, debemos correr. Debemos hacerlo, es la tradición. Mi padre, tu abuelo, me ha pasado la receta. Su padre se la pasó antes a él. Debemos correr. Que no te distraiga nada, eso es lo importante. Directo a la plaza, sin desvíos. Que nada se interponga. Incluso si se te enreda un humano en los cuernos.