A QUÉ HE VENIDO
Zenón Nicolás Bolino
Voy corriendo delante de la manada vistiendo de blanco con pañuelo rojo al cuello ¿Qué estoy haciendo acá? La adrenalina me incita y aprieto el periódico que empuño enrollado. Acometo entre la masa que corre y grita.
Por la tarde iremos a los toros, a rezarle a San Fermín y a cortejar unas muchachas hasta el alba. ¿Será por eso que he venido hasta Pamplona? Me apuran esas preguntas cuando veo unos pitones pasar rozándome. Corro y ya no hay miedo sino euforia. El gentío desde los balcones me anima “¡Anda, vive por nosotros!” parece que me pidieran.
¿Pasarán rápido tres minutos? Según, en la eternidad deben ser como una vida. “Como una vida…”, me sigue resonando. ¡Ay, el puntazo! Mientras ruedo por el aire confío en que las estadísticas me protegerán. ¡Ya sé qué hago aquí!
He venido a revivir. A jugar que el chupinazo es el llanto al nacer. A cantarle al Santo cada mañana antes del encierro, que no es más que una vidilla llena de peripecias, como la de verdad. A hacerle fintas al “Pobre de mí”. A eso he venido yo, a eso han venido los demás. A eso quisieran venir quienes no pueden más que vivir una vez.
UNA NOCHE DE OCTUBRE
Romita Andreea Isacescu
Sigo leyendo su mensaje una y otra vez
» Si me amas, demuéstramelo, enfrentando los toros por la calle de Pamplona el 6 de Julio a las 2 y media del próximo año. Tuya, Julieta.»
Los ojos azules que me robaron el corazòn en una noche de octubre, delante a un caffè que le ofrecì la noche que la conocí. Un caffè con aroma de mi alma gemela.
Estoy aquí despues de un año, y lo único que me importa es sentir sus ojos en mi. No tengo miedo de los toros, por un instante a su lado arriesgaría mi vida mil veces. Porque es verdad lo que se dice por ahí. El amor es ciego. No conosce barreras. Distancia o tiempo. El amor une corazònes, y hoy mi querida Julieta te lo voy a demostrar por las calles de Pamplona.
Tuyo, Javier.