XIII Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín


EL COMIENZO

Javier Rubio Claramonte

El alboroto de la calle no dejaba oír a Iker, una algarabía de gente lo inundaba todo, familias, amigos, conversaciones con risas mezcladas. Iker buscaba a Marta entre la gente en un universo de blancos y rojos. En la plaza Consistorial todo estaba a punto de comenzar, los gritos de “¡San Fermín, San Fermín!” lo inundaban todo. Sonaron los clarineros y se oyó decir a una voz “¡¡Viva San Fermín, gora San Fermín!!”. El calor de una mano sobre la suya le hizo girar la cabeza, los ojos de Marta sobre los suyos. Alguien prendió la mecha del chupinazo, sonando segundos después una explosión en lo alto del cielo para dar comienzo a la fiesta en las calles y rincones de la ciudad. 

LA BAILARINA AMERICANA

Manuel Eraso Martinez

LA BAILARINA AMERICANA

Pasamos toda la noche bailando en Antoniutti. Fue tan emocionante que ni siquiera estaba cansado. Un sueño hecho realidad. El baile y la fiesta para mí es algo que va unido. Si tu pareja te acompaña y os compenetráis bien puede resultar un éxito. Esta vez lo estábamos logrando. Surgió la magia y pasaron las horas en un santiamén. Pero como todos los sueños llega un momento que se evaporan. Al amanecer nos perdimos en las barracas.
Sentí su ausencia e intenté olvidar aquella rubia extranjera con la que me compenetré maravillosamente. Un par de besos también tuvieron la culpa de mi tristeza, pero me retiré a casa a descansar. Ese día no podía correr el encierro.
No la volví a ver en todas las fiestas, y al tiempo; Cuando volví a ponerme aquella camisa blanca encontré una tarjeta semi borrada por la lavadora con un numero de móvil y una nota: –Volveré el próximo año, seguiremos con la salsa. Creo que aguantaré hasta entonces. Tus besos tienen la culpa. Lynn

Ya falta menos