XIII Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín


EMOCIONES

Milagros Arizcuren Balda

EMOCIONES

Me veo con cuatro o cinco años en Sanfermines, el aita y la ama me llevan a ver los gigantes, día si, día también, me gustan tanto…..!

Pero el día 14 de julio es la ama la que me sube a sus hombros y me lleva a la antigua estación de autobuses para ver la despedida. Los kilikis, zaldikos, las gaitas y txistus, los últimos bailes de los gigantes, los intentos de darles un beso o dos o tres……que no se acabe!

Los gigantes se van retirando de uno en uno por la puerta de su “casita” después de haber gastado todas sus energías. Solo queda uno, el último, esto se acaba! pero no, Toko-toko se da la vuelta corriendo, no quiere entrar, no quiere despedirse de los niños y sigue bailando y bailando y mi ama que pregunta: qué te pasa? Las lágrimas han resbalado por mi cara y han terminado en su cabeza y ya no hay quien las pueda contener. A mi lado, dos o tres personas que se han percatado de la escena me hacen fotos…

Contemplando a mi hija veinticinco años después, vuelven a desbordarse esas lágrimas porque ella por segundo año se va a perder esas emociones.

 

UN SIETE DE JULIO CUALQUIERA

Francisco Javier Morrás Iturmendi

(Cualquier parecido con la realidad es pura realidad…)
Siete de julio. Clarines. Timbales. Caballeros y mulillas. Eurovisión. “El de León” aparece:
– ¿Hay sitio?
– Tú baja. Te hacemos.
El abrazo de todo un año…
-¿Te has visto en el video promocional del Ayuntamiento?
– Si. Qué mal…
-¡Qué dices! Estás divino…
Sobrio. En ambos sentidos.
-¿Has corrido?
-Si. Casi no pillo toro…
Corre siempre. Lo conocimos en Jarauta, dijo que tenía familia de León, y lo sumamos a la cuadrilla de toros y noches. Entregado. Reservado. Sin apellido.
Alguien intentó un tercer grado:
-Sabemos que es ingeniero, su ciudad y en qué trabaja.
-Déjame a mí, que hago hablar a todo el mundo. Le saco quién es y esas cosas.
Varios toros y botella de cava más tarde, Mata-Hari bajó fracasada tres filas.
-Imposible. Encantador. “Que es celoso de su intimidad”.
Previsible.
Milagros del Santo: bebe, canta, pone fondo y no discute. Se adapta, baila, ríe y no gorronea. Sale de txarangas, corre el encierro y habla lo justo. Para qué más. Nunca un problema; siempre un amigo. Desaparecerá en su ciudad, -en su otra vida-, otro año más. Hasta que un siete de julio cualquiera…