XIII Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín


BAJAR LA ESCALERA

Francisco Javier Cano Santa Bárbara

Siete de la mañana del esperado día
seis, ropa blanca, faja, pañuelo rojo
cinco buenos amigos a almorzar
cuatro chupitos de patxarán
tres entramos dentro
dos clamores
¡pum!
 

EL ÚLTIMO CHUPINAZO

Javier Yuste Córdoba

—Temí que no vendrías pero lo conseguiste. ¡Cuarenta años ya de nuestro primer encierro! ¿Recuerdas esa sensación tan especial, ese cosquilleo cuando ya llega al fin el instante, tan deseado y a la vez tan temido?
—Sabes que estaría a cualquier precio; lo prometí. Sí, nunca se me olvidará ese momento, toda aquella constelación de emociones. El correr entre la vorágine de cuerpos, el sentir esa respiración justo a tu espalda, y, buen quiebro mediante, esquivarlo en el último instante mientras sientes el roce de sus pitones.
—Y, como no, la llegada al coso. Ese júbilo indescriptible cuando ya eres consciente de que ha sucedido. ¡Lo sientes, lo vives, has corrido tu primer encierro!
—Cuarenta años después, volvemos allí de nuevo. Mira, ya va sonar el chupinazo.
En ese momento, un familiar estampido retumbó mientras un brillo especial se adueñaba de su mirada pero se apagó bruscamente, como el flamear de una llama antes de extinguirse. Sus ojos se tornaron vidriosos, inmóviles mientras aún tintineaban los ventanales de la residencia.
Su acompañante le dirigió una mirada velada pues había regresado a aquel limbo donde ya casi siempre permanecía. Más sonrió pues no había sido en vano; volvió por y para el último chupinazo.