XIII Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín


AMAIA

Víctor Antonio Thea

Quizás fue la manera en que me miró aquella mañana de Julio de 1976. Pensar que éramos tan solo unos críos, y sin embargo, al día de hoy, recuerdo perfectamente que ella llevaba puesto el uniforme del X, donde solían ir los hijos de los ricos. Yo salía de la casa de Joaquín Vidal, entonces mi mejor amigo, quién fallecería algunos años más tarde en Andalucía, víctima del alcohol- el pobre nunca pudo superar la muerte de su esposa María-, cuando por una extraña coincidencia del azar hago unos diez pasos y Amaia me enviste con su bicicleta, solo que en aquel entonces yo no sabía que se llamaba así, claro. Se podía escuchar el repiqueteo de los cascos a lo lejos; ciertamente éramos los únicos en aquella intersección desierta. Fue tal mi sorpresa, que tardé unos segundos en levantarme. Cuando finalmente conseguí hacerlo pude ver que ella recogía unos libros del asfalto. Naturalmente intenté disculparme, más cuando se dio vuelta algo en mi me impidió articular sonido: un rostro como nunca antes había visto. Al ver mi semblante petrificado me observó con curiosidad. Creo que lo entendió de inmediato. Luego me dijo con una sonrisa apenas visible: no te preocupes, y se marchó.  

MIS SANFERMINES CON PEDRO

Carlos Amat Larraz

-Desde esta terraza del Iruña se siente la fiesta. ¿Verdad?

– Pues, si. Y le agradezco mucho el paseo Sanferminero, señora…

– Un placer, Pedro.

– …Gracias por soportar a este viejo trastornado. ….Pero, tiene usted acento extranjero ¿Era usted inglesa? -con gesto de recordar.

– Realmente, nací en América.

– ¿…Y como es que esta, conmigo, en la residencia de Pamplona?
– Pues, por unos Sanfermines, hace mucho tiempo. Yo entonces era muy joven y vine ha reconocer a Hemingway – ¿Y encontró al tal Hemingway? – Pues, realmente no. Pero conocí a un pamplonica “de blanco y rojo” …y ya nunca me marché.
– Me da la sensación de que ya le conocía, de antes. Yo tambien estuve casado ¿Sabe? – Bueno -cambiando el tema-, seguro que, en estos años, hemos coincidido. ¿Que tal si de vuelta vemos a los gigantes?. Creo que ahora andarán por autobuses.
– Me parece una buena idea. …Como le decía , mi mujer se llamaba Yenifer …creo. – Mire Pedro, se acerca gente de nuestra resi.
– ¡Hola! ¿…Todo bien, pareja? – Si, si. Ya sabéis, …aquí con el señor Pedro -sonriendo . – Pues ¡Hasta luego Yenifer! …Nos vemos en la Resi.