XIII Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín


CITROËN 2CV

Fernando Javier Luis Baglietto González

En unas vacaciones de Julio, cuatro amigos nos metimos en un CITROEN 2CV, ya falta menos!!, gritábamos en el coche. Llegar y empezar a tomar crema de Pacharán, fue todo uno, enseguida nos enrollamos con unas australianas que estaban de muy buen ver, o así nos pareció a los cuatro. En fin, cada uno hizo lo que su acompañante quiso hacer, y allí, en nuestras tiendas de campaña que hacían las veces de hotel, nos amábamos horas y horas entre brazos y piernas.

La mañana nos pilló gripados y con resaca!!.
Nos vestimos muy rápido y corriendo nos situamos delante de la Casa Consistorial, que se encontraba a rebosar, nos hicimos un hueco y cantábamos todos a coro.
La Alcaldesa salió al balcón, dirigió unas palabras. Al encenderse el petardo y explotar, hubo una algarabía estruendosa. Cada uno tiró de su chavala, y corrimos para desayunar en La Perla, allí las australianas querían ver la habitación de Ernest, y ver desde donde veía a los astados pasar.

El encierro del día siguiente salió brioso, y ellas que nunca lo habían visto, querían bajar a la mañana siguiente, eran unas chicas muy valientes. Nosotros esperamos en la barrera y nunca más las volvimos a ver.
 

¡YO, EL TORO!

Mª Pilar Paulina álvarez Del Manzano Albiñana

¡Yo, el toro!

¡Soy de casta, bravo! ¿Y tú, corredor, quieres ganarme? ¡No me torees! Tienes querencia a pensar que tu inteligencia me dejará para el arrastre, porque crees que mi vigor anula mi destreza. Pero olvidas mi instinto y pinchas en hueso.

Turistas y pamplonicas nos esperan detrás de la barrera. “Te va a pillar el toro” te gritan. Pero tú, corredor, saltas a la torera y te refugias en el burladero; te vienes arriba. Me quedo desconcertado y no veo la curva de 90º de la calle Mercaderes, me resbalo y me cogen por los cuernos. Siento acoso y derribo. Pero cambio de tercio y empitono al nuevo corredor, le volteo orgulloso, al verme vencedor. Pero le dejo suavemente en el suelo, sin daños, porque la grandeza es de quien perdona.