XIII Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín


UN CAFÉ EN PAMPLONA

Carmen Maria Martos Lopez

En Pamplona, en la puerta de una cafetería del casco viejo donde habíamos quedado; ahí me encontraba, una andaluza a 821 Kilómetros; 9 horas de blablacar para conocer al chico con el que llevaba 6 meses hablando y al que nunca había visto.
No hacia mas que mirar la hora, con mi maleta en mano. Ya debería haber llegado hace 15 minutos, pero había tanta gente y tal trafico que empezaba a pensar que no nos encontraríamos nunca, en ese momento el sonido de un cohete me estremece, noto temblar bajo mis pies, a mi alrededor veo como las personas aceleran su paso, entre el murmullo escucho «ya han salido». Sigo al bullicio hasta un callejón donde una gran valla hace detener el paso y me doy cuenta de que es una de las famosas corridas, veo las caras de emoción de algunas personas, en otras miedo al ver a los corredores huir de los toros; El suelo tiembla, gritos de emoción, abucheos; Nervios dentro de mi, el corazón va tan rápido que no distingo mis latidos, en pocos minutos indican que la carrera a terminado, caminando hacia la cafetería suena mi teléfono y desde lejos junto a la puerta le veo, «mariposas». 

6 DE JULIO. 2 AÑOS DESPUÉS

Roberto San Martín San Julián

Había olvidado como anudar mi pañuelo. El cabecera me miraba extrañado mientras se lo explicaba. Lo he intentado incluso frente a un espejo; pero no hay manera, se desliza todo el rato. ¿Lo ve? La exploración neurológica no arrojó ningún resultado concluyente. ¿Un bloqueo? El terapeuta me recomendó la hipnosis. Hay que indagar en tu subconsciente, buscar algún trauma de unos sanfermines pasados. ¿Y no será síndrome de abstinencia? Le pregunto.
Pruebo la homeopatía, la osteopatía e incluso la logopedia. Quedan apenas unas semanas y por más que veo tutoriales en youtube no logro que el nudo se fije. Es una tradición, no puedo renunciar a ella. No me va a quedar más remedio que exiliarme en Salou. Se lo explico resignado a mis amigos. Pues ya te lo ataremos nosotros, ya ves tú que problema. Ainhoa lo intenta y, aunque en un primer momento lo logra, enseguida vuelve a soltarse.
Descubro que no soy el único. Más de un centenar de personas manifiestan los mismos síntomas. 6 de julio. Apenas faltan 10 minutos. No hay manera. Dale un trago al kalimotxo y olvídate. Me recomiendan. Hago caso. El pañuelico queda perfectamente fijado. Los viviremos.