XIV Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín


INOCENTE

María Luz Corona Rodrigo

Todos los testigos han dicho embustes , elaborados con palabras bonitas. De mí escucharéis certezas.
Noble tribunal, pido que se me juzgue con justicia.
Se me acusa de no haber acudido a ninguna corrida ni de haber escuchado a La Pamplonesa. De preferir caminar por el monte a acudir a la Procesión.
Dicen los verdugos que a la hora del Chupinazo se me ha visto leer una novela. Y que nunca he apreciado las Comparsas ni los fuegos artificiales.
Os suplico, gente de bien, que no hagáis caso a las calumnias. Y os pregunto , si los jueces pueden juzgar lo que no puede ser probado. ¿Acaso hay alguna prueba ? No me contestéis, distinguida audiencia.
¿Acaso los condenados lo son solo por las acusaciones de sus vecinos? La envidia y la maldad están detrás de sus denuncias.
¿Acaso pueden demostrar que no acudo a todos los actos con fe?. Son ambiciosos de gloria e impetuosos.
En mi defensa diré que la devoción es íntima. No se lleva a la vista de todos, como quien se viste de domingo.
Honorable jurado, escucharé vuestro discurso con respeto y acataré la sentencia final. 

SANFERMINES SIN TI

María Mar Anzano Santamaría

Este año van a ser nuestros primeros sanfermines sin ti. Serán unas fiestas diferentes. En mi vida he conocido a nadie que disfrutara más que tú. El día 6, desde primera hora de la mañana, ya estabas con los nervios a tope. Vestido de blanco y rojo sin parar de mirar el reloj. En cuanto se lanza el Txupinazo, besos, abrazos y «Felices
sanfermines, mi amor». No eras socio de ninguna peña, pero siempre cantabas la de la peña La Única. Nunca me dijiste por qué te gustaba tanto. Te encantaba ir a ver bailar a los gigantes cada mañana y disfrutar igual que un niño. Nuestros paseos por Carlos III y pararnos a tomar el vermut.
Después de comer, la siesta. Merendar y de vuelta a la calle. Las tardes eran para pasear por el recinto ferial y por los puestos de la Taconera, donde siempre comprabas algo.
Para cenar, un pollo asado con patatas en Antoniuti, y a cantar y bailar con las orquestas en la Plaza del Castillo.
Cómo disfrutabas!!!! Te sabías todas las canciones.
Camino a casa, parábamos a comprar churros para desayunar mientras veíamos el encierro.
Este año, los disfrutarás desde el cielo. Felices sanfermines, mi amor. 

IRRIKA

Maria Mar Ruiz Fernandez

Se marchó la ilusión de vestir de blanco con un pañuelo rojo anudado al cuello y cantar:
“A San Fermín pedimos,
por ser nuestro patrón,
nos guíe en el encierro
dándonos su bendición”.
(Cierro los ojos por un momento y como lo oigo en mi interior…)
«Entzun arren San Fermín
zu zaitugu patroi
zuzendu gure oinarrak
entzierru hontan otoi».
Se acabó gritar con todas mis fuerzas: ‒ ¡Gora San Fermín! ‒, ante el santo con su Capotico. Percibiendo en cada célula de mi ser, como vibra mi cuerpo haciéndose eco de estas palabras. Vivir la emoción del momento, ser uno más entre la tribua humana. Sintiendo ser un mar, en lugar de una gota de agua.
Ese Chupinazo que da lugar a la suelta de la manada de toros, que hace circular la adrenalina a toda velocidad por el circuito de mis venas. Una forma de sentirse vivo y más tarde ver la realidad de otra manera.
Como voy a añorar correr con los toros hasta la plaza…
Mi nombre es Jon, elegí formarme para ser astronauta, hoy salgo hacia la Estación Espacial Internacional por tiempo indefinido y me conformaré con ver e imaginar de lejos Los Sanfermines y la vida en La Tierra.