XIV Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín


¡¡VIVIR PAMPLONA!!

Miguel José Fernández Hernández

¡Retumba la calle!… y un entusiasta cohete dispara el primero de los encierros. De la cuesta al ruedo, de Estafeta al callejón, blanco y rojo de vida o muerte, siempre en volandas de ese jocoso universo que sabe bien a dónde va y marca, como ningún otro, su punto de partida.
En la hornacina próxima a los corrales, me encomiendo al Santo… Todo de golpe sobreviene; no sé si porque voy a morir o por los ocho días que ocupan ahora un solo gesto. Y entonces, cuando el primero de los astados enfila de tensión y gloria la algazara, me digo: «pobre de mí», si no corro a gozar la fiesta de una urbe presa de eterno ¡Riau-Riau! 

CARENCIAS

Miguelángel Flores

Aún recuerdo los días que pasamos en París. Me acuerdo de tu llanto y de cómo añorabas tus Sanfermines; de cómo te asomabas desde la Torre Eiffel, triste, como si buscaras toros corriendo en lo hondo, entre pañuelos rojos.
Escapamos a Francia ese año porque hacía poco de lo de tu madre, y no estabas preparada para vivir un San Fermín sin ella esperándote de madrugada, dijiste. Por eso nos fuimos a tantos kilómetros. Pero desde el primer día estuviste suspirando por el Chupinazo y el Riau Riau, hasta coger una tarde un berrinche infantil, solitario y sin sentido, comparando Notre Dame con la Casa Consistorial, y los Campos Eliseos con la calle Estafeta. Echaste tantas lágrimas por los Zaldikos y los Kilikis, que temí que el Sena se desbordara y nos acusaran de vandalismo. Hasta que te dormiste, derrotada, entonando el Pobre de mí. Cuando regresamos a casa, no se volvió a sacar el tema.
Pero, al año siguiente no quisiste ni oír hablar de Venecia. Que con lo que la vida te arrebataba ya tenías suficiente, que no podrías volver a soportar en tu vida un julio con dos vacíos a la vez.  

POLINESIA FRANCESA

Mikel Mikeo Arrarás

¿Sabes? Son las mejores. Se las conoce por los encierros, pero son mucho más. La fiesta está en la calle. Música por cualquier rincón, conciertos, verbenas, charangas, las peñas… ¡Hasta con los gigantes bailo! Ese ambiente, todos de blanco y rojo. ¡Y a disfrutar! De día, de noche, bailando, cantando o simplemente charlando con amigos y extraños… Comiendo, bebiendo, riendo… Dormir poco. Ligar, menos, no te voy a mentir. Y lo mejor, el 6. El mejor día del año, sin duda. La noche anterior ni duermo, de puro nervio. Ese juntarte para almorzar con los amigos. Y luego, que sea lo que San Fermín quiera. ¡Qué gustooo…!
Monsieur, je ne comprendes pas. Dois-je vous apporter una autre margarita?
También vienen muchos franceses. Y les entiendo lo mismo que a ti. ¡Cómo les gusta cantar! ¿A ti te gusta cantar?
Margarita? Gin tonic?
Quiero pacharán. Pero ya sé que no tenéis.
¡Fermín! ¡Vente al agua!, gritaron a su espalda. Con el mar por la cintura los amigos que le engañaron para largarse de vacaciones del 4 al 18 de julio le animaban a acercarse mientras departían con tres simpáticas… Parecían escandinavas. ¿Finlandesas? Le daba igual.
Otros sanfermines vais a traer a Tahití a vuestra prima.