XIV Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín


ME AHOGABA

Ana Isabel Espinosa García

Lo mismo era el vino rancio, pero me ahogaba. Bilis amarga me subía por la faringe, hija puta y lasciva. Como la tía. Éramos manada por eso. Por las tías. Luego quedaba el enseñarlo a los colegas que era como la mayonesa en la ensaladilla rusa. Sonreí sin que notara que pequeñas volutas rosas salían de entre mis labios. Seguía ahogándome. Empecé a abrir la boca como aquella carpa que saqué del río para que se muriera entre mis manos. El olor a toro me inundaba por entero. A qué no tienes huevos?, se atrevieron a retarme mis compañeros de correrías . La que me parió sabía que si algo no me faltaban eran huevos. Corrí como el que más, pero el vino pesaba en la garganta. No me di cuenta cuenta hasta que sentí los gritos. La gente siempre gritaba. Ellas gritaban. Yo gritaba, empalado a unas tablas y una cornada. Lástima. Lo mismo se acabaron las palizas a drogatas y sudacas. Las arremetidas de madrugada con la puti hasta las trancas. Me río con dos cojones mientras la vejiga se me vacía al mismo ritmo que mis tripas. Un flash me da en la cara. Esa foto será de portada.  

SF2332

Ana Isabel Pérez Hernández

El principio fue una movida, ¿sabes? Los primeros años en la colonia fueron fáciles, porque todos estábamos a lo mismo, a sobrevivir y a intentar que no nos comiesen los drats, pero luego empezaron los problemas. Ya sabes, que es que los humanos somos así, nos da igual estar en la Tierra que aquí y sin tener un sitio al que regresar. Cuando parece que la cosa funciona empezamos a querer más y lo jodemos todo. Y entonces al chaval se le ocurrió la idea. La verdad es que era un tío bien raro, lo llamamos Navarro porque le obsesionaba San Fermín aunque no era de allá ni nada, y fue quien convenció al comandante. Claro que no es lo mismo, porque yo he visto alguna grabación muy vieja y casi nadie salía herido de allí aunque eran muchos más, y los toros no se parecían en nada a los drats. Yo creo que si nos vieran nuestros antepasados no se lo iban a creer. Pero oye, es que con el tiempo hemos entendido al Navarro. El encierro nos hace sentir vivos de verdad, como si naciéramos cada 7 de julio. Ahora lo vas a ver. Agárrate, que ahí vienen… 

¡ESTRENAMOS FIESTA!

Ana María Lezcano Fuente

De nuevo nos reunimos en estas fechas y ya son varios años, para festejar con letras a San Fermín y lo que representa.
Sin duda todas las celebraciones tienen múltiples variantes y las hubo y muchas cuando estuvimos confinados. ¿Os acordáis? Ya no, yo no, nadie quiere volver a aquellas letras prisioneras y doloridas. Este año será como un estreno, una primicia, un descubrimiento.
En este cuadro variopinto de encierros, toros, chupinazos y multitudes por fin al aire, volveremos a escuchar lenguas de todo el planeta sonando por Pamplona. Con las músicas y el sol alegrando las jornadas, la gastronomía nos volverá a dejar sin respiración y degustaremos la vida entre charlas, risas y paladeos no solo de sólidos. Esos vinillos que servirán en todas las esquinas de la ciudad nos calentarán aún más el espíritu para estar muy abiertos a la verdadera fiesta: los encierros.
De nuevo los toros acudirán a la carrera, ciegos, furiosos, bravos, buscando la salida. La salida que es la entrada. Esa llegada de los grandes protagonistas junto con los corredores, animal y hombre en fusión, centro del centro de una reunión masiva que ha alcanzado la universalidad, a la plaza de toros.
¡Ahí nos vemos!
¡ San Fermín!