AÑORANZA
Mónica Ruth Trujillo Gómez
Una vez más, como los últimos siete años, empieza a prepararse física y emocionalmente. A sus sesenta años, no deja de ejercitarse a diario para mantener su cuerpo en óptimas condiciones. Serán los dos minutos más exigentes del año, su cita ineludible desde que tiene uso de memoria. Su primera vez consta en la foto ampliada enmarcada en su salón, junto a su santuario donde acumula catorce de los mejores momentos vividos que lograron plasmarse en una imagen. Tenía solo nueve meses cuando le pusieron el mini pantalón blanco, la camisita blanca con su nombre bordado y un pañuelo rojo de su madre haciendo las veces de fajín. Hubo otros muchos, quizá más emocionantes, más graciosos, más peligrosos, pero quedaron ocultos en fracciones de segundos que solo afloran en sueños, entre nebulosas desbordantes de lejana adrenalina.
Llega al encuentro de los compatriotas, que emigrados por los más diversos motivos, acuden a la fiesta en el Centro Español de la ciudad de Cali, Colombia. Encienden la gigantesca tele; el recinto trata de imitar un típico bar de su añorada patria y brindan una vez más por el chupinazo al que tal vez podrán volver a asistir en un día no muy lejano.
UNA NOCHE…LA VIDA
Montserrat Velasco Arroniz
Llego la última, están todas, la música llena la calle, las conversaciones se van animando. ¡Entonces escucho su voz! Vuelvo la cabeza, es él. Recuerdo aquella noche sobre la hierba viendo los fuegos. Algo nos prometimos, no sé que fue, hace tanto tiempo…Las chicas brindan «por unas buenas fiestas» levanto la copa. Esa voz…siempre me parecerá que fue ayer, justo ayer, ni un minuto más atrás.
MI DÍA FAVORITO… EL DÍA ESPERADO.
Montserrat Emilia Porras Macías
_¡Oh Dios!
_Mis ojos, no los puedo abrir, siento mis ojos pegados como si tubieran pegamento por detrás de mis parpados, no los puedo abrir…
Sin embargo mi cerebro está abierto, encendido, sin parar de hablar, sin parar de ver e imaginar, colores, olores y sensaciones maravillosas, luz intensa, emoción, cielo azul, blancos, rojos, negros, la intensa danza de actividad frenética infinita.
_Intento despegar mis ojos, los quiero abrir, primero un párpado, lo abro lentamente, luego el otro, consciente del esfuerzo que tengo que hacer para mantenerlos abiertos…
_Hízose la luz!!
Mis oidos, sedientos, a la espera del petardazo inicial, atentos, se alegran al escuchar el mágico instante.
_Corre amor, acércate a la ventana. Siento tu presencia y tu beso en la mejilla.
Gracias por visitarme de nuevo en este día.
Abro de par en par la ventana y doy gracias que por fin llegó de nuevo este día especial que está por vivir .Ya estás aquí : San Fermín.
_¡¡Felicidades!! Por fin estás aquí.