XIV Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín


PAÑUELICO ROJO

Noelia Indurain

Todo comenzó el día 6 de Julio,en un puesto de ropa sanferminera en la Taconera,entre risas y algarabía,apretando el calor y siendo este combatido a tragos de kalimotxo, allí ,extasiado por el ambiente,permanecía sonriente un joven de aspecto extranjero con cara de felicidad y de no haberse todavía ubicado en la fiesta.El muchacho que regentaba el puesto entre bailes y desparpajo ofrecía su preciada mercancía a todo transeúnte que osaba girar su cabeza y fijar su mirada hacia sus dominios, pero el «guiri» ,como aquí se conoce coloquialmente a los que son de fuera,ni articulaba palabra ni tomaba rumbo al corazón de la fiesta…no pude más y decidí ser guía y pastor de un alma tan perdida,me acerque,y pedí al simpático dependiente que me acercase un hermoso pañuelo rojo,recogido el pago de tan valiosa prenda me giré hacia el desconocido que acepto sorprendido que colocase en su cuello el pañuelo rojo, – ya estás bautizado chico- y con una inmensa sonrisa le indique la dirección hacia el centro del mundo en ese instante,dirección al ayuntamiento,él sonrió hizo un gesto de agradecimiento y se dirigió hacia el centro de la vorágine. Ese día se que yo y el pañuelico rojo nos ganamos la bendición Santo. 

NOVIOS

Noelia Gorbea Garnica

No puede ser. Otra vez en idéntica situación. Por mucho que me lo repite, es imposible. No soy capaz de escuchar. Mis oídos se encuentran a años luz de la conversación. De sus deseos, de sus explicaciones. Ella, empeñada en detallarme las bondades de disfrutar de una ciudad de costa. Y yo… simplemente escapando de un sermón de tamaño considerable. Tan viejo como el mundo, tan repetitivo como la inercia de las mareas. 
Palabras machacadas bajo un bullicio que viene de lejos, que lleva tiempo esperando. Movimientos superficiales que arremeten contra la irracionalidad de su exigencia. «Ven conmigo, un año es solo eso, un año», me dice. Una y otra vez. Pero no puedo.
Enganchado al reloj, soy consciente de que negarme a abandonar Pamplona es la única opción. Y como cada mes de julio, le aseguro que nada cambiará, que estaremos bien. Por eso, cuando llega el momento y vibra el mediodía, seguimos unidos en la distancia, dándonos cuenta de que lo único que importa es sentir latiendo al corazón.
Es un regalo invisible, es nuestro especial capotico de San Fermín, es 6 de julio. 

APURO

Nora Susana Astudillo

Certamen
San Fermin
Microrrelato:
Apuro

¿Recuerdas cuando nos escondíamos en la plaza del castillo? ¡Qué momentos!.
Todo un año esperando este festejo y tú, sin apuro.
No veo el momento de llevar a mí boca, unas rebanadas de morcilla blanca, como si fuera la última cena.
¡Al fin pude anotarme en la corrida de toros! ¡Si mi madre me descubre me deshereda!
¡Corre mujer! ¿No escuchas la música que llega de la fiesta de los peldaños? ¡Corre mujer!
¿Pero qué haces ahora?…. ¿Has perdido la cabeza?….¿Dónde escondías tu vestido rojo? ¡Espera! ¿Qué locura vas a hacer?
¡Qué San Fermín nos perdone!.