XIV Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín


PERSPECTIVA DE UN GUIRI

Andrew Mcleod Leggo

As the people gather and mill around, so does the moment. I breathe in the convergence of decades of anticipation from afar that saturates the cool summer morning air. Am I actually here? Any doubt is suddenly removed by the sound of the first rocket, firing reality directly into the consciousness. The reaffirming second rocket accelerates the murmur’s ascension to a roar. The herd of stampeding feet echoes my adrenaline-laced heartbeats.

Then it explodes into view- the bewildering yet unforgettable sight of truly majestic creatures in a crowded, picturesque mediaeval street. The moment has arrived.

Then he falls. The heart compresses and the pulse rate reaches a crescendo as the heaving throng of aggressive hooves and panic-driven feet approach rapidly. Others are witnessing the spectacle and experiencing the rush of a lifetime. His eyes are almost touching the paving stones. He is desperately hoping it won’t be his final vista. As am I.

The horde thunder past, but San Fermín had been ready. He rises. He missed the thrill he came for, but survived to try again tomorrow. The heart begins to slowly decompress. The sun shines brightly on San Fermín as the pulse rate begins a gradual return to normal. The parade beckons.  

LA SONRISA DE CARAVINAGRE

ángel Novillo Sánchez De Pedro

Las carreras y los golpes propinados por los kilikis eran los mismos que todos los años, el asombro y regocijo de la chiquillería igual que siempre. Los gigantes seguían danzando circularmente la rueda del tiempo y los zaldikos cabalgaban por el camino inexorable de la vida.
Tan solo una niña se percató de algo diferente:
-Mira, aita, si caravinagre sonríe.
-¡Cómo va a sonreír, si siempre está cabreado, y está enfadado con unos y con otros, tanto lo bueno como lo malo le molesta. No valora las cosas!
Este año caravinagre está alegre, tan solo por una vez en la historia lucía una sonrisa de oreja a oreja. Una risa producida por la alegría de estar vivo, de valorar lo que tenemos y habíamos perdido y ahora recobrado.
El ciclo volvía, el calendario tenía vida y la vida tenía sentimientos y aconteciientos.
Las fiestas pretenden parar el tiempo para remontarse al origen más perfecto y pleno, hemos vivido dos años que nos han parado la vida.
La vida encerrada que hay que desencerrar en San Fermín.
Caravinagre en la oscuridad del almacén de la estación de autobuses seguía esgrimiendo una sonrisa eterna. Había vivido plenamente este año de San Fermín..
 

LA VUELTA A LA VIDA

Angel Moracho Jimenez

El alma se manchó de niebla, la ciudad llora una ausencia, la misma que san Fermín otorga. Mucho hemos pasado, algo nunca vivido, muertos y vivos olvidar queremos. En el nuevo futuro, San Fermín vuelve llenando nuestros recuerdos, de actualidad verdadera. Los versos continuos, alimentar quieren la fiesta en la calle, al igual que los toros, corriendo sus calles. Cuadrillas y bullicio templan la espera, de ese cohete anhelado por tiempos y sombras. El día ha llegado, mi alma desnuda recuerda los fallos de aquellos que quiero y no han llegado. La vida y la muerte, chocan en línea con la gran alegría de la fiesta continua. Tanto deseo de ilusión contenida, desembocan en el juicio de la fiesta plamplonica.El mundo resiste, las terribles embestidas, de aquellas plagas nunca oídas. San Fermín nos otorga, ilusión, manto y verso, en aquel convencimiento de que eso, es lo perfecto. Mi vida y mi tierra, añoran la fiesta por eso este año en Pamplona, las jotas y los cantos de los mozos, otra vez resuenan. El césped de la mañana, huele a encierro saluda la taconera, como partes del imperio. Buscamos la vida, retomamos la fiesta, después de años de traidora pandemia.