SR. PARKINSON
Ana Montero Serrano
Hola Parkinson.
Has entrado en nuestras vidas de puntillas, sin avisar, porque nadie te ha invitado. Has llegado para quedarte. No teníamos sitio en casa para ti.
Te odie y maldije en el momento que supe de tu llegada. Pero ya no te odio.
Un día contigo es una incertidumbre.
Una odisea.
Un aprendizaje.
Cuando aprietas fuerte el cuerpo, sabemos que has llegado con fuerza. Parece un abrazo. No aprietes tanto, que duele.
Cuando le aprietas la mano, se que lo haces para decirle que no te has olvidado de el… Créeme que lo sabemos,pero no aprietes tanto, que duele.
Cuando te enganchas a sus piernas, porque quieres que te lleve con el siempre,que sois uno… También lo sabemos, pero a veces quiere estar solo, correr por el monte, volar con sus piernas.No aprietes tanto, que duele.
No le enseñes como se siente estar montado en un barco continuamente.No aprietes tanto,que duele.
Sabemos que serás uno más de nuestra familia para siempre.Por eso te pido que no lo quieras tanto.
Nos has enseñado a ser más fuertes.
Aprovechar cada día.
Las risas con amigos.
Una lágrima que asoma.
Un te quiero a borbotones.
Un beso por doquier.
Por eso te declaro mi amor, Parkinson.
LAZOS DE ALPARGATA
Ana Lizarraga Marin
Es siete de julio, los nervios que recorren mi cuerpo son enormes, tengo que recoger a mi pequeña para ir a la procesión.
Algo que tanta tradición tiene en mi familia y que yo por fin puedo inculcar a mi bebé. Sus finos y blancos pies se vestirán con aquellas alpargatas que tejió mi abuela y han pasado por tres generaciones. Esos lazos que cubrirán sus tobillos adornando sus pequeñas piernas.
El viaje a Pamplona se hace largo y caluroso, la villavesa va a rebosar de gente y los más curiosos miran a mi pequeña que duerme plácidamente en su cochecito. Lejos de ruidos que puedan despertarla.
Ya veo a mi madre guardando otra vez sitio frente la capilla de San Fermín, para vivir juntas ese momentico, donde el santo asoma la cabeza al mismo compás que mis lágrimas brotan de mis ojos. Emoción pura es la que transmite el morenico, que cada siete de julio me pone la piel de gallina con ese manto tan espectacular que viste. Se escucha el canto de una jota y mis lágrimas vuelven a brotar mojando mis mejillas. Quien no sienta esta sensación de una piel erizada en un momento como este, no está vivo ni respira.
MOMENTICOS DE LUCIDEZ
Ana Belén Royo Lacosta
A falta de tres minutos para dar comienzo las fiestas de San Fermín, Íñigo se encontraba en mitad de la plaza del ayuntamiento observando a su cuadrilla y sobre todo a Maite. Pepe bromeaba con ella al intentar ponerle su sombrero de paja mientras ella se resistía.
«Míalo, qué graciosillo él! Como no me lance, éste se me come la merienda» pensaba Íñigo celoso.
Pero ahora tenía 9 días por delante para lanzarse al ruedo, para coger el toro por los cuernos y declararse a Maite.
No sabía si lo haría durante los fuegos artificiales, o durante algún baile, o tal vez lo haría mientras veían el encierro…No. Ahí no era romántico, ¿Quién va a declararse con el sonido de unos becerros de fondo?
Íñigo sintió sobre sus hombros los abrazos de sus amigos.
!Pamploneses! !Pamplonesas! VIVA SAN FERMÍN!
!VIVA! Respondió Íñigo.
!Papá!…!!Papá! … !Has hablado!
De repente Íñigo volvió a su cruda realidad para apagarse nuevamente en la nada. Sus ojos sin luz miraban la retransmisión de las fiestas de Pamplona a través de su televisor y en compañía de su emocionada hija que por un instante pudo sentir de nuevo el abrazo de su padre.
UN SUEÑO …UN DESEO …UNA ILUSIÓN: SAN FERMIN
Ana Belen Vega Crespo
Fermín, hijo , no corras ¡¡ madre , madre …mira… ahí está . Lo ves como estaba metido en un piedra ? …me han hablado del santo ,madre , sabias que fue obispo con 24 años ? y se dedico a evangelizar muchos paises …cuenta la leyenda que fue decapitado y que por eso en su honor se ponen los pañuelicos rojos en el cuello . pero sabes madre que me gusta de mi santo ? que debio de ser un tipo cojonudo porque a día de hoy y desde el siglo III , que es cuando yo creo que nacio ,han venido a verlo y a cantarlo desde los confines del mundo , tiene hasta una canción …jo que suerte ¡¡¡ » a San Fermin venimos..por ser nuestro patrón …» súbeme madre que le quiero dar un beso .
Vamos Fermín que se nos escapa el tren ,tienes que volver a Amiens …te esperan …
Antes de marchar madre, quiero recorrer Santo Domingo , ver los corrales e imaginarme el chupinazo en la casa consitorial ,irnos a comer unos churros a la Mañueta e ir al Café Iruña donde dicen que un tal Hemingway escribió un libro que se llamó » Fiesta «.
ESCAPADA
Ana Isabel Velasco Ortiz
De madrugada, accedemos al autobús, tomamos asiento y el vehículo se pone en marcha. María posa su cabeza en mi hombro y, en una hora, hemos llegado.
El espíritu festivo de la ciudad, recorre calles y callejas, te llega dentro y es fácil contagiarse de tanta alegría.
Nos sumergimos en la marea del encierro, rojo, blanco, corredores, barreras, toros… Luego, seguimos el recorrido de gigantes, cabezudos, kilikis y zaldikos, con ellos, retornamos a esa infancia perdida que es puro asombro y felicidad.
En la Tómbola de Cáritas, le regalo una pulsera a María y el día se nos va en todo lo que contemplan nuestras pupilas y alcanza nuestro caminar pausado.
Llega la noche, los fuegos artificiales, colorean el cielo. Beso sus labios, le tomo la cintura y bailamos en la verbena de Antoniutti.
Sin previo aviso, la magia se quiebra. Un policía uniformado se acerca y pronuncia nuestros nombres. Regresamos en el coche patrulla y la Directora de la Residencia nos recibe con gesto malhumorado. Que cómo se nos ocurre, que todos estaban muy preocupados, que tenemos más de ochenta años… Y yo, solo puedo pensar en volver a Pamplona, a San Fermín.