XIV Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín


UNA CASA EN EL CORAZÓN DE LOS SANFERMINES

Inés Sáenz De Pipaón Martinez De Vírgala

En la primavera me embellece el verdor florecido de los jardines que me acompañan engalanando la mirada desde mis ventanales. Crece en mí un tono alegre de mayor actividad: los Sanfermines se acercan, otro año más la fiesta lucirá a lo grande, soy un agente importante de su programa.
Llevo más de 300 años siendo el hogar de la ciudad que acoge a pamplonicas no sostenidos en otro lugar. Saben que soy su casa, la Meca que cariñosamente me llaman. Del Paseo Sarasate me vine al paraje de la Cruz Negra y con mi forma hexagonal de patios y bloques en moderna arquitectura orgánica me aveciné junto a la Vuelta del Castillo.
Estoy en el corazón de los Sanfermines gestionando el gran atractivo de la fiesta que son las corridas de toros. Bailo con la charanga de las Peñas que me visitan, me extasío con los fuegos artificiales en la vecina rayana de la Ciudadela y disfruto a media noche de la música pop con los conciertos de mi colindante plaza de los Fueros.
Mi presencia humaniza la ciudad, símbolo real de su compromiso con los cuidados de personas mayores, estandarte que despierta la solidaridad de la ciudadanía.
 

SABOR A MIEDO

Ingrid Yuraima Pacheco Hernández

Salgo junto a mis cinco compañeros, los más fuertes de la manada, a un recorrido cerca de 870 metros, lado a lado se concentra la gente con gran algarabía, y delante de nosotros un grupo de hombres, no sé cómo llamarlos, ¿Audaces? Tal vez ¿Temerarios? quizás…
Nuestra meta es clavar los cuernos en ellos, ¡Cuántas ganas tengo! pero mira que corren rápido los tíos, pero Pavo mi hermano ya ha cogido a dos, y Guadalito le ha pasado por encima a varios; aun así, parecen divertirse, aunque algunos han saltado las barreras, otros gritan, aplauden; pero es ese olor que me vuelve como loco y me impulsa a seguir corriendo, ese olor que desprenden los que van delante de nosotros, que se siente en mi boca como algo ácido, amargo y salado.
Ya está por terminar el recorrido, y ya escogí a uno, a ese, el del pañuelo rojo, bueno, será cualquiera de ellos. Y llegó mi momento, mi momento esperado, ¡Zas! he cogido a uno, ¡Que guay!…
Sí que es maravilloso, me siento como un héroe; ahora si puedo entrar a la plaza lleno de orgullo; la manada va estar feliz, ¡Lo he logrado! ya les había dicho, soy uno de los mejores.
 

DIÁLOGO

Iñigo Petri Navarlaz

-¿Hola que haces?
– Ya sabes, de cuentas sanfermineras.
-¡Jo!, pues vaya rollo, ¿no?
– ¡Qué va! Me hace mucha ilusión, sólo de pensar en ello me alegra el día.
– ¿Qué plan hay?
-El día 6 el Chupinazo a las 12, cuesta de Santo Domingo.
-Como siempre.
-No, como siempre no, como nunca.
-No te entiendo.
-Eres un cachondo.
-No de verdad, no te entiendo.
-Pues entonces no tienes nada que celebrar.
-No te pongas así.
-Me pongo así porque…no puedo, no puedo encontrar las palabras.
-Bueno, pues a mí no me eches en cara no entenderlo.
-¿Sabes qué? Que tienes razón, esto no es cuestión de entendimiento, sino de pasión.
-¡Pues eso!
-…entonces?
= ¡FIESTA! 

KILIKI-KÍ

Iñigo Olcoz Basarte

Pablo no sabe hablar. Todavía no ha cumplido un año. Sin embargo, cada vez que su curiosa mirada se posa en el cuadro de Caravinagre que preside nuestro salón, esboza una sonrisa, emite un canturreo y levanta su manita señalándolo. Y se hace entender. Su madre y yo sabemos perfectamente lo que quiere. Así que cantamos juntos: “Aquí, Kiliki-kí, con el palo no, con la verga sí”.
El cuadro presenta a Caravinagre ligeramente de perfil dibujado sobre un fondo amarillento. Los trazos son limpios y el Kiliki se muestra con su semblante serio e imponente, pero a la vez transmitiendo una extraña sensación de seguridad y protección. Ocupa el margen superior derecho del lienzo y por ello el tricornio no aparece completo. Sí lo hacen el palo y la verga. “Pamplona” y “Caravinagre” aparecen escritos a lo largo del palo y de la cuerda que lo une a la verga respectivamente. También lo hacen dos fechas: “1941” y “1991”. El cuadro, de tamaño considerable, está enmarcado en doble marco de madera.
El cuadro era del aitatxi de Pablo. Le habría encantado llevar a su nieto a los gigantes de Sanfermín y cantar juntos: “Aquí, Kiliki-kí, con el palo no, con la verga sí».
 

AÚPA GIGANTAS

Inma Sánchez Marqués

Joshepamunda:
-Avanzada un poco chicas.Las gigantas al poder.
-Esperad no corrais tanto que esta la calle Mayor a tope. Hay muchos papas y mamás con bebés y chupetes.
-Sigue Esther Arata que viene una cuadrilla de jóvenes cantando.
-Aúpa gigantas. Y de repente Braulia cae y viene Toko-Toko en su auxilio a levantarla.
En el Palacio Ezpeleta se concentran todos los gigantes kilikis y cabezudos y se oyen los txistularis y los gaiteros.
El ambiente nos arrastra y Laranchala levanta las manos
ARRIBA GIGANTAS y Joshepamunda avanza vigorosa. Las charangas comienzan a entrar y todo es un estallido de fiesta y diversión. El rojo y blanco secuestra la calle Mayor y las gigantas se alzan con los bailes llegando al Ayuntamiento y desde arriba en las ventanas de la Oficina de Turismo aplauden las personas con movilidad reducida porque la fiesta también es inclusiva.
Ya juntas Joshepamunda. Esther Arata. Larantxala y Braulia lo han conseguido y las gigantas bailan todas juntas. Y los aplausos no cesan.
-Bravo gigantas lo habéis conseguido y unas niñas desde abajo se ríen a carcajadas. Y unas ancianas exclaman: Bravas Gigantas.