MAREA ROJA Y BLANCA
María Luz Corona Rodrigo
Me encuentro mal. Estoy solo en la habitación 25. Se han ido a la plaza con sus pañuelicos. Desde aquí no se oye. Esta mañana me han hecho un escáner.
Anoche tuve otra pesadilla. Soñé que iba camino de la plaza de toros y no la encontraba. Y daba vueltas sin cesar. Ha entrado el médico para entregarme el informe.
Informe médico: Javier Irigoyen Senosiáin Sexo: V Fecha de nacimiento: 07/07/1978
Fecha de consulta: 06/07/2023
Anamnesis: Varón de: 45 años
Motivo de consulta: Refiere un cuadro de 3 días de evolución de dolor agudo retroocular. Tiene fiebre y palpitaciones frecuentes.
Antecedentes personales: Intervenido de sobrecarga emocional. Con antecedentes familiares.
Tratamiento actual: No sufrir contratiempos ni disgustos. Conversar con sus amigos. Descansar cuando pueda.
Exploración física: Sus extremidades se mueven como si estuviese bailando o corriendo.
Tratamiento indicado:
La Comparsa de Gigantes y Cabezudos: 10 MG
Las Peñas: 40 MG
El Encierro: 30 MG
Las corridas de toros: 60 MG
Situación al alta: Estado al alta: Estable. Motivo de alta: Alta médica. Destino al alta: Domicilio
Diagnóstico: Sanferminitis.
-Doctor , déjese de gaitas. No hay nada que no se solucione con un vino y buena compañía. Le invito.
MOMENTICO
María Mar Anzano Santamaría
Llevo esperando este momentico todo un año. Y, por fin, ha llegado el día. El día en el que te veré desfilar por las calles del Casco Viejo bien alto y engalanado para la ocasión.
Harás la parada de siempre, en la Plaza del Consejo, y una voz prodigiosa te dedicará una jotica. Tu jotica. Y a todos los presentes se nos pondrá la piel de gallina y se nos llenarán los ojos de lágrimas. Y tú seguirás tu camino. Los niños y niñas te mirarán boquiabiertos, invadidos por la ilusión; y los mayores, unos haciéndote sus peticiones, y otros, secándose las lágrimas de emoción y acordándose de los que este año no podrán disfrutar de este acto. Lo que no saben, es que están contigo allá arriba.
Y, mientras, aquí abajo, te pedimos que nos protejas con tu capotico para poder afrontar los problemas que se nos presentan día a día.
Espero que el año próximo nos volvamos a ver en algún tramo de tu recorrido, y pueda agradecerte tu ayuda, una vez más.
PAÑUELOS ROJOS
Maria Paz Plaza Santamaría
PAÑUELOS ROJOS
No sé de qué le viene a este niño tal afición por los sanfermines, no lo entiendo, es por demás. Con sólo ocho años ¿cómo puede sentir esa devoción?, se pregunta su abuela, es inexplicable. Qué afán. Como lo vive, como lo siente, es una obsesión. Venga y venga que cuando llegan las fiestas de San Fermín, se pasa el día cantando uno de enero, dos de febrero…..siete de junio San Fermín.
Lo canta en letras mayúsculas, así de entusiasmado está. Para mí que lo magnifica , con su pasión lo engrandece, lo eleva. Que no “abu”, me quedo corto le dice Paquito a su abuela, tú no sabes que emocionante es .
El niño sabe bien que son unas de las fiestas más grandes, no solo de España sino del mundo. Este año tienes que vivirlas conmigo, verás cómo te vas a divertir.
Hijo, yo no estoy para esos trotes, los encierros me dan miedo y tanta fiesta a mi edad…..Pero si es para todo el mundo , no te lo pierdas por favor, no hace falta que vayas a los encierros si te impresiona; hay cantidad de cosas en la fiesta. Prepárame un pañuelo rojo y otro para ti.
DESDE EL FUTURO
María Sergia Martín González
Por algún capricho del destino, Jules encontró la carta sobre su escritorio. Firmaba Ane, una pamplonica que se deshacía hablando de los sanfermines, de Pamplona, de encierros, de viajes en el tiempo. Aunque no tenía destinatario, el entusiasmo hizo creer al escritor que aquella misiva no había llegado hasta allí por casualidad. Preparó con su ayudante un equipaje ligero y partieron en el prototipo rumbo a aquel fantástico lugar que en julio se teñía de rojo y blanco.
Fueron los emocionados ojos de la mujer, siguiendo la estela del chupinazo, lo que le hizo reconocerla. ¿Eres Ane?, preguntó con marcado acento francés. He recibido tu invitación. Ella le miró, como si le esperara desde hacía mucho tiempo, colocó en su cuello un pañuelico rojo y salieron por Mercaderes mientras sonaban las gaitas. Hablaron durante horas del centro de la Tierra, del sueño de Ane por dar la vuelta al mundo, de libros, de viajes submarinos, de las fronteras del tiempo… Hubo tal conexión entre ellos que parecían dos mitades de un mismo cuerpo.
—Sr. Verne, debemos regresar –apremió el ayudante–. La máquina de viajar está dando problemas…
—No hay obstáculos imposibles, querido muchacho, y Ane y yo aún tenemos nueve días por delante.
EL PETIRROJO DE SAN FERMÍN.
María Socorro Novoa Berrocal
EL PETIRROJO DE SAN FERMIN
Nació en primavera, a los pies de San Cristóbal y al fin llegó la hora de cumplir su sueño: posarse en la campana María y contemplar la bella ciudad de Pamplona antes de que sus calles se pintasen de blanco y rojo al despuntar el alba del 7 de Julio.
Nunca alguien tan pequeño era tan grande en ese lugar.
La Navarrería, La Estafeta, Mercaderes, Plaza del Castillo, Sarasate, Ayuntamiento …Tanto quiso asomarse para verlo todo y tan grande era el cansancio del vuelo que cayó inconsciente en la calzada y un reguero de sangre pintó su pecho de rojo.
En ese momento una suave mano lo levantó del suelo y lo envolvió en su manto, llevándoselo con él hasta la hornacina de la Cuesta de Santo Domingo. Allí, entre el bullicio, la alegría, las lágrimas, las peticiones y el calor de esa mano que lo sujetaba con cariño, volvió a la vida y pudo contemplar por primera y única vez, la mayor expresión de felicidad, de alegría y de fe.
Cuenta la leyenda que nunca se borró el color rojo de su pecho, y así se mantuvo a través de los tiempos.