XIV Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín


ERES UN SANTO

Carmen Hernández Montalbán

Eres un santo, Fermín, aunque algo temerario. Ya me han contado tu hazaña durante el encierro. Así que viste a aquel niño soltarse de la mano de sus padres, colarse la valla y plantarse en medio de la calle, a cincuenta metros de la turba que corría delante de los toros; lo alzaste en vilo y en segundos lo devolviste de nuevo a sus progenitores. Apontocado en el cercado, completamente beodo, viste asomar a un toro empitonado y raudo como un molinillo dando vueltas con el rabo. ¡Ampárame Santa María la Real! Gritaste antes de caer de bruces al suelo. El toro, despistado, saltó por encima de ti sin rozarte siquiera. Lo que te digo ¡un santo! Escapaste por los pelos, pero tu afición a la bota te va a matar, así que bájate de la peana, San Fermín, no sea que vuelvas a caerte.
 

LA ACEPTACIÓN

Carmen Ruiz Ruiz

Fintan apareció impecable en la cuesta de Santo Domingo, aunque por dentro se sentía como recién salido de una curda monumental. Era un recio irlandés, que no recordaba por qué llevaba aquella extraña indumentaria ni qué hacía tanta gente ataviada como él pegando saltitos con un periódico enrollado entre las manos. Presentía que algo iba a suceder inminentemente, y rebuscó dentro de una papelera. Encontró una vieja gaceta dentro. Serviría. La enroscó entre sus manos, justo cuando comenzaban los cánticos. Sabía que algo no iba bien, pero el desarrollo de los acontecimientos le impedía reflexionar. Se dejó llevar por el ímpetu del gentío. Sonaron dos cohetes, prácticamente seguidos. Todos comenzaron a correr, incluido él. A ratos se giraba, para comprobar qué había provocado la estampida. Algunos corredores caían sobre el adoquinado, otros se aplastaban contra los edificios o el vallado. Aún no conseguía entrever qué o quién les perseguía. Percibía gritos, advertencias y, a lo lejos, sonidos de campanos. Exhausto, a punto de alcanzar la curva de Mercaderes, aparecieron los astados, derribando y embistiendo a su paso. La luz se hizo en su cabeza. Resbaló. El periódico se abrió como un abanico. Comprobó la fecha, el titular, la foto… 

SANFERMINEANDO

Carmen Portillo García De Las Bayonas

Aquí estoy. Esperando como buen estafetero, a comunicar al mundo que voy a comenzar las fiestas corriendo en los encierros. Ansioso por celebrar todo lo bueno por llegar como sanferminero de pro, e intentando recuperar el tiempo perdido viviendo a tope. Callejear por Pamplona con su ambiente mientras celebramos la vuelta a la vida, a la amistad, a la alegría y a la fiesta. Vernos las caras con sonrisas cómplices de estallidos emocionales de quien quiere compartir como hermanos universales.¡Viva Pamplona. Viva San Fermín!