XIV Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín


LO QUE TE LLEVAS DE AQUÍ

Elena Bethencourt

Me parecía ridícula la manera en que todos se relacionaban con mi padre en sus últimos meses. Solo usaban vocablos de las fiestas de San Fermín. Mi madre decía “San Lorenzo” y él respondía “Plaza del Ayuntamiento”. Mi hermano gritaba “kiliki” y él contestaba “cabezudo”. Él soltaba “riau, riau”, los demás decían “pobre de mí”. Así se pasaban las horas, palabra va, palabra viene: encierro, ciudadela, dianas, peñas, calimocho…
Yo me negué en rotundo a comunicarme con mi padre así. Un hombre serio como yo, director general, no podía permitirse tales excentricidades, así que seguí hablándole como el señor adulto que era, aunque sin resultado, he de admitir.
Cuando murió, lo incineramos vestido de blanco con el pañuelo rojo. Mi familia estaba convencida de que en el más allá existían las mismas fiestas que aquí.
Yo no dije nada, pero en el fondo me quedó la pena de no haber intentado comunicarme con él como hicieron los demás. Por eso, el primer seis de julio, me acerqué a la urna de sus cenizas para explicarle que mi problema era que no quería aceptar que estuviera senil, pero opté por dejarle un papel con la palabra “chupinazo”.
Él me escribió de vuelta: ¡Gora San Fermín!
 

LOS TRES PRINCIPALES

Emigdio Fidel Díaz Cedrón

No han quien dude que sea una gran festividad la corrida de los toros, fuente de inspiración de diferentes intelectuales de la cultura en sus distintas manifestaciones en cine, teatro, carteles, etc.
Pero en el círculo, sólo tres personajes importantes independientes de otros atributos presentes.
Ellos tres son los principales.
Los cuerpos de la bestia y el hombres se rozaron en más de una ocasión impregnándose los olores de cada uno, parte de las lentejuelas de su traje cayeron al piso, él lo golpeó con el dorso de la espada sobre su fornido lomo. Embravecido se volvió a su castigador, arremetió contra el paño rojo y la espada bajando parte de su cabeza, bario de abajo hacia arriba ladeando su cuello y sus grandes y afilados cuernos nada encontró.
De las gradas gritaron entusiasmados.
-¡Ole!, ¡Ole!- En más de una ocasión.
Otro pase de pechos, verónicas repetidas y se vuelve a escuchar los sonidos de siempre.
-¡Ole!, ¡Ole!-
El cansancio en ambos les fue haciendo presa, el sol comenzó a declinar haciendo sombras en parte del terreno y se escuchó un clarín, de la grada brincó al ruedo el tercer personaje más importante: la muerte.
 

BESTE BAT.

Eneko Gómez Mariñelarena

-… aitak esaten zuen ez zuela oso argi zer egin… -amak zidan.
Duela jada 8 urte Calixto hil zela. Gure aitak lagundu zuen azken unera arte. Ez zen gutxiagorako; 50 urte baino gehiagoz aritu ziren 8ko tendiduko 3 abono partekatzen. Haiek beti joaten ziren, egunero, inkondizionalak, beste abonua gonbidatu batentzat izan ohi zen: gure ama, Calixtoren emaztea, suhi bat, lagun bat, iloba bat… Ni ere hasi nintzen egun solteak haiekin joaten, Donibanen nuen andana abonuaz aspertu nintzenean. Adinaren kontuak izango dira. Calixtoren alabek, bera hil zenean, gure aitari pasatu zizkioten abonuak, ez zituztelako erabili behar. Haiek eta gure aita oraindik elkartzen dira bederen Sanferminetako arratsalde batean, harremana mantentzeko. Kontua da, azken urte hauetan, jarraian joaten ari naizela, nire kontraesanak ditudan arren, ez pentsa. Aitak ere baditu. Basakeria hutsa besterik ez dela dio, baina zezenketak dauden bitartean… Aspaldi Sanferminetan egiten duen bakarra hau dela. Pandemia heldu zenean, jada sanferminak bukatu zitzaizkiola berari pentsatu zuen, ea zer eginen zuen 80 urte baino gehiagorekin zezen plazan. Baina bikain dago gizona oraindik, eta aurten berriro, jaiak murrizketarik gabe daude, zezenak barne.
– … baina azkenean berriro hartu ditu, hirurak. Ta zuek zer?
– Lasai egon ama, arreba eta biok bere ondoan eseriko gara, noski.