XIV Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín


ESTE AÑO LA PLAZA DEL AYUNTAMIENTO ES TAN LARGA QUE LLEGA HASTA LA CORDILLERA.

Hernando Aiel Castillo Díaz

Que si uno tira el chupinazo o si el cartel es bonito o feo me importa un bledo. El recuerdo de cuando casi los celebramos en 2020, de cuando volvimos a caer en la tentación en 2021 es lo peor.

Desesperanzador ver a gente por la calle cabizbaja y rezándole al Santo (aunque fueran agnósticos) para que vuelva la fiesta más grande del mundo.

Soñamos y dejamos se soñar. Justo hoy me entero, tengo que viajar a América y no voy a poder estar en MI fiesta predilecta desde hace más de una década.

Desazón era la del 2020, desilusión la del 2021 y ahora bronca. ¿Por qué? Yo solo quería irme con una Peña, llevar ‘los palos’ con otra, juntarme con los del Kantuz, con los juntaletras, con los borrachines de siempre y con los culturetas.

Una luz se enciende en el fondo de mi cabeza, ¿y si me llevo la fiesta? Llevo tres años soñando. ¿Cuánto puede costar seguir con el sueño despierto? Los Sanfermines se van de viaje a la otra punta del planeta. Voy a compartirlos con aquellos y cuando vuelva no habrá quién me pare por festejar MI fiesta.

¡Disfruten ustedes acá!, ya llegará mi revancha, cuando pueda… 

AURTEN BAI

Hodei Sarasa Camacho

Ocho de la mañana, hoy no hace falta despertador. La ropa blanca, recién limpia, impoluta; como cuesta atarse el pañuelo a la muñeca. Calle, ambientico, ¿lloverá?, hoy tampoco importa mucho. Txistorra, huevos fritos, jamón; se almuerza en el barrio. Villavesa, la de todos los días, pero más llena. Bajamos. Gente, más gente, ¿más que el último año?, mucha gente. Pañuelos: rojos, con algo de verde, otro con un poco de azul; parece que ya están todos. “Mira ese guiri en chancletas”, “¿y tú con la faja a la derecha?” qué más da. Alegría y nervios; entramos…

¿Mas adentro?, venga, agárrame la mano. El balcón vacío, la plaza llena. “Oeoeoeoe”, vino, mucho, tanto que lo blanco se tiñe de rojo. Ya salen, desátame el pañuelo de la muñeca, ¡date prisa! Si no lo hubieras apretado tanto… Pañuelos arriba, el cielo se cubre de rojo. Las 12. «Pamplonesas, pamploneses, ¡viva San Fermin!», «¡viva!». «Iruindarrak, gora San Fermin!», «gora!». Estruendo, pelos de punta, pañuelo al cuello. Abrazos, la ropa ya no huele a limpio. “La biribilketa” de fondo. Ya estamos, aurten bai.
 

LA VIDA

Hugo Alvarez Picasso

LA VIDA
Viví de las reservas de agua y carne seca. Todo indicaba que iba a morir si esperaba malgastar la energía que aun guardaba. Evalué mis chances de resistir y eran mínimas. Comencé a cavar en el centro del comedor. Di con un polvo fino y endemoniado. Cavé, cavé, cavé. Con mis ojos cerrados y la boca tapada, mis manos en lanza comenzaron a horadar la arena. Sentí que nadaba en esa masa seca y suave como el talco. Mi camino era azaroso y sin razón. Nadé, nadé, nadé. Cuando desperté, abrí la puerta y estaba frente a una costa sin mar.