XIV Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín


EL RITUAL

Inma Sánchez Fernández

El mismo ritual desde que tenía veintiún años. Levantarse temprano, ponerse el pañuelico, coger el mejor sitio… Quizás un café antes, nada más: los nervios le impedían comer nada sólido. Y eso que sabía que su tarea era la de mera observadora. Nunca se le ocurriría correr un encierro! Amaba los toros, le parecían animales poseedores de una belleza extraordinaria, pero le daban pavor. Aún desde la distancia los temía.
Pero con la misma convicción con la que sabía que no correría, podía asegurar que nunca se perdería uno.
Así que esa mañana, cuando miró el reloj, su corazón se encogió.
Dio un salto de la cama, se vistió a medias y se colocó las zapatillas. Salió zumbando de su habitación siendo consciente de que los cánticos al santo ya no los escucharía. Bajó precipitadamente las escaleras, echó el resto calle abajo y justo en el momento en que el cohete anunciaba el comienzo del tercer encierro de las fiestas lo consiguió… Llegó al bar!
Como cada año, del siete al catorce de julio, y han pasado veintiséis, veía el encierro desde cualquier televisión que se lo permitiera. Veintiséis años fuera de Pamplona, fuera de Navarra, fuera de su país. 

DESCONEXIÓN

Iranzu Ozcoidi Izco

“Mañana no contéis conmigo”. Le había dicho a su familia la víspera.

El teléfono sonó. Con dificultad lo sacó de su cartera roja.

¿Sí? contestó sin mirar.

Ama. ¿Me has preparado el bocata?. Vamos a comer a la bajera de Josune. ¿Te acuerdas que te lo dije?
Sí maitia, me acuerdo. Pero no de que te lo tenía que hacer yo.
¡Jo ama!
Tendrás que comprar pan. Añadió, pero ya le había cortado.

Volvió a sonar. Ahora sí miró la pantalla antes. Su marido.

¿Qué pasa?
¿Me has lavado los pantalones nuevos?
No. Limpiar manchas sanfermineras no entraba en sus planes de ese día.
Pensaba ponérmelos hoy.
Haberlo pensado antes. Ya estoy viendo a éstas, agur. Mentira, aún no las veía.

Sonó de nuevo.

Hola ama. Era su hijo mayor. Una pregunta, me podrás preparar la merienda para los toros mañana?. Me toca llevarla a mi.
¡Pues si te toca a ti, la haces tú!. ¡Agur!

Colgó ya enfadada. Pero entraba en Estafeta y vio a sus amigas agitando el brazo. Guapísimas de blanco y rojo y con la alegría reflejada en sus rostros. Supo al instante que ese día iba a ser fantástico.

Guardó el móvil, pero antes apretó el botón de desconexión.
 

TODO AL ROJO Y BLANCO

Iratxe Garibi Basañez

Siento el rojo de la sangre fluir por mis venas, camino del corazón. Bombea rápido, latiendo con fuerza, parece querer estallar en mi interior.
El estómago lleno, millares de mariposas bailan con su vuelo mientras digiero el almuerzo.
A mi alrededor, los sentidos perciben risas, nervios, comentarios jocosos, necesidad de volver a disfrutarte.
Anudó de nuevo mi pañuelo, con fuerza, en mi muñeca, en un intento de contener los sentimientos agolpados, de borrar la tristeza de los dos últimos años.
Doce en punto, estalla mi corazón sin control alguno al escuchar el grito más ansiado, el olor a pólvora fulmina mis mariposas y la alegría se desborda, sin límites.
Me elevo sobre los cánticos, los txistus, sobre la marea blanca que se contonea, escuchó la alegría y siento en el alma, la alegría de mi apuesta, todo al rojo y blanco.