Y venga con el ligoteo 1

Ah pajáros, veo que este tema gusta. Yo también tenía en mente una interesante reflexión sobre el sexismo y la paridad en sanfermines, la dejaré para la semana que viene. O quizás decida aportar mi granito de arena a la posible solución del problema de andanada, ya veremos.

Mientras tanto, y aunque la autocita es un poco indecente, voy a reproducir en romance un artículo que bajo el título «Avventure amorose a Sanfermin» publiqué en la versión internacional del blog, y que iba especialmente dirigido a nuestro público italiano. Lo hago porque veo que se insiste sobre la idea que ya entonces apuntaba, así que me viene que ni pintado. Decía así:

Como dice el tema del famoso compositor Turrillas, cosicas tiene Pamplona que no las tiene Madrid, unas chicas como soles y el famoso txakoli, y lo mejor de este mundo, las fiestas de San Fermín.

Esta premisa es correcta, pero tenemos un problema con la primera parte de la composición: las chicas son como soles, pero, ¿cómo comprobarlo?

En este artículo vas a encontrar una fórmula que no es suficiente, pero sí muy necesaria: para tener un triunfo amoroso con una pamplonesa debes ser un saltimbanqui.

El mero hecho de ser transalpino ya es un punto a favor, y si tu camiseta es tan ceñida como la de la selección italiana, para qué te voy a contar. El rostro bronceado por el sol, la melena al viento, los músculos bien perfilados, una voz profunda y sugerente, la mirada ligeramente estrábica, … todo esto es muy importante, pero insisto, no sirve de nada si no tienes habilidades acrobáticas.

Puedes seguir pensando, ¿por qué debo ser un acróbata?

Muy fácil, querido amigo. Fíate de nuestra experiencia de muchos años, ¿cómo pretendes superar el perímetro de seguridad que forman las amigas de la chica sin hacer un salto mortal con doble tirabuzón y medio?