Fuera de los ojos de muchos de los que nos visitan tanto en Julio como durante el resto del año y abandonada por los rectores de esta ciudad, se encuentra una de las calles más sanfermineras de Pamplona. Todos los focos suelen dirigirse hacia la Plaza del Castillo o hacia las calles que forman parte del recorrido del encierro. Jarauta queda al margen. Incluso el Ayuntamiento se olvida de que existe, a pesar de ser un centro neurálgico durante los Sanfermines.
Ha sido una calle muy popular. Con mucho bar. Con marcha nocturna. Donde muchos de nosotros hemos empezado a conocer la noche y sus vicios. Donde hemos disfrutado horas y horas entre Descalzos, Jarauta y San Lorenzo. Una calle que han dejado que vaya muriendo poco a poco. Que da tristeza pisar en los últimos tiempos y que parece que ahora quieren dar un nuevo impulso con su tardía peatonalización. Esperemos que se consiga.
Porque en Sanfermines es diferente. Es cierto que sigue siendo una calle maltratada. Donde la limpieza deja mucho que desear. Donde en los últimos años se ha prohibido a varias peñas tener su local. Pero también es cierto que en esos días recupera todo el ambiente que tuvo antaño. Muchos de los que no la pisamos durante el año nos hacemos asiduos en Fiestas. Nos gusta ver a los Gigantes bailando por ella con la dificultad añadida de su estrechez y sus aceras. Nos gusta ir a comer y a potear por las peñas que inundan la calle. Nos gusta disfrutar de las raciones en alguno de sus míticos bares. Nos gusta llegar con la peña después de los toros. Nos gusta ver la salida del sol volviendo a casa o escuchar el cohete del encierro intentando quemar los últimos cartuchos.
El hecho de que la mayoría de las peñas de Pamplona tienen su ubicación en dicha calle hace que prácticamente desde la hora del almuerzo haya gente. A primera hora de la tarde los peñeros pasan a recoger las entradas y acompañan a la txaranga a la plaza. Y después de los toros veteranos y jóvenes se juntan en Jarauta hasta que el cuerpo aguante.
Ojala los trabajos que se están haciendo ahora consigan revitalizar la calle, su comercio, su hostelería y vuelva a tener el ambiente que en su día disfrutábamos.
Puede ser además la calle con más sociedades gastronómicas por metro cuadrado del mundo.