El pañuelo de Rulo 11


Rulo, Ruli para los amigos, se las sabía todas. Las dianas, los pasodobles y todo el chun chun de las peñas. No había espacio de la fiesta que no hubiese estudiado y memorizado. Su búsqueda de los momenticos, su aprendizaje de todo tipo de letras y el ahínco con que perseguía sus esencias para convertir lo impuro en anatema.

Aquel año, mentalmente, le había dado por los pañuelos. Por la calle sólo veía ofensas a las buenas maneras sanfermineras. Unos que los llevaban con el pico por delante, otros que los portaban con nudos enormes, otros con sábanas como mantones y aquellos que llevaban a cuadros servilleteros. Le horripiliaban los de propaganda, especialmente los de las marcas de pacharán. Y aquella invasión de pañuelos de cien mil pueblos de la Ribera. Entre los bordados daba un pase los del Ayuntamiento, algunos del santo y los de las peñas. Pero él defendía con ardor el pañuelo rojo sin mayores entretelas, el de Ordóñez, Orson Wells y Cañabate. 

Ni que decir tiene, que sus amigos estaban hasta las narices de sus fatuas sanfermineras y fueron ellos los primeros sorprendidos (y aliviados) en verlo ligar con aquella moza que estaba bastante buena. Aquello si que era una paradoja de la fiesta, Rulo con una tía.  Pero a Ruli, cuando la cosa se le estaba poniendo de cara le entró un fuerte apretón. La bebida fría, la emoción, el miedo al fracaso ¿quién sabe?

Con una pequeña excusa y tres largas zancadas ganó la puerta del baño que milagrosamente no tenía nadie a la espera. Pero, según dejaba atrás sus miedos, se apercibió de  que el papel, ese aliado del wc, brillaba por su ausencia.

Al salir, la hipótesis de ligue se convirtió en una realidad. La  chica, en la alegría de la noche, apenas reparó en que Rulo ya no llevaba pañuelo. El amanecer no tuvo ni dianas, ni caldicos ni churros ni toros ni carreras, pero sí unos cuantos buenos recuerdos asociados para siempre a aquellas calendas..

Ése día Ruli dejó de sacralizar los Sanfermines… visto lo  visto, prefería disfrutarlos. 

PD: El personaje de esta historia es ficticio, las situaciones no tanto.


11 ideas sobre “El pañuelo de Rulo

  • pamplonudo

    Yo siempre he defendido que los sanfermines no son para ligar, sino para disfrutarlos en cuadrilla. Para ligar tenemos todo el año. ¿ Se quedo con buen recuerdo de aquellas calendas o de aquellas calandracas ?

  • Flanagan

    Al Rulo le salvó su fidelidad a su purismo. ¿Se hubiera limpiado el culo con la imagen del santo del pañuelo? ¿O con el pañuelo que llevaba bordados los nombres de sus hijos?
    Imagino que sí, pero seguro que le costó mucho menos hacerlo con un pañuelo raso.

  • gaupaseitor

    Yo sé de uno que se vio en parecida tesitura, la del apretón, no la del ligue, y optó por el gallumbo como útil de limpieza. Sin duda una opción más casta a la par que ligera.

  • Sanferman

    Josemiguelerico, cuando te refieres al final a que las situaciones descritas no son ficticias, ¿te estás refiriendo también al ligue?

  • Unai

    ¿Y cuando la faja se pone puñetera y nuestra habilidad para soltarla es muy baja? Tanto para el apreton inicial como el final no es buena compañera.

  • Toko-Toko

    Hay que salir de casa cagao y meao!!!!, eso me decía siempre mi padre, jajajaja, y me suelo acordar muchisimo, yo he llegado a irme a casa con el apretón, y luego volver a salir, o tener bares localizados para en caso de…….
    Yo tuve una historia (sin ligue) en los toros, que si quereis un día os contaré, y fue el año en el que tuve la salmonelosis un 3 de Julio, y el 13 de Julio dije….. «a la mierda!!!! (nunca mejor dicho), me voy a los toros aunque me cague por los pantalones», ya no aguantaba más en casa a limpio suerooral….., jajajajaja, fue gracioso, aunque ya casi os he contado todo….., jajajajaja

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