Como uno es un animal de costumbres, siempre tropieza con la misma piedra en vísperas de fiestas.
Uno de los preparativos típicos es sacar toda la indumentaria de fiestas con tan solo un día de antelación. Normalmente sueles tener todo el kit metido en un bolsón y éste a su vez en el estante más recóndito del armario o del trastero. Cuando sacas el contenido, te sueles dar cuenta de los siguientes hechos:
a) Las camisas suelen estar decoradas con unas manchas de color amarillento e igualmente se pueden ver algunos restos de antiguas manchas que no eran visibles cuando las recogiste el día 15 del año anterior.
Pero no hay nada que la lavadora y un buen chorraco de lejía no puedan arreglar.
b) El pantalón ha menguado.
Por alguno de esos misterios de la naturaleza, ves que cuando te embutes el pantalón, suele quedar un espacio de aproximadamente unos 5-7 cm. entre el botón y su hojal correspondiente, que imposibilita su abrochado.
Puedes optar por meter todavía más la barriga y contener la respiración (no muy recomendable), o no abrochar el botón y pillarlo con un imperdible confiando también en que la faja haga las veces de cinturón (tiene sus riesgos pero funciona) o bien bajar zingando al tenderete más cercano y comparte unos pantalones de tu talla.
c) Al ponerte el pantalón se te hace una raja del tres (normalmente justo por debajo del culo). Aparte de que te has puesto como un cutico en el invierno, el efecto de los múltiples lavados con lejía ha debilitado la consistencia del tejido; de forma que en la práctica has reventado la prenda.
Esto tiene peor solución, a no ser que seas de esos a quienes les gusta ir con toda la ropa hecha jirones por la calle (que los hay, sobre todo el día 6). Si no, lo dicho, a comprar uno nuevo.
d) Las zapatillas (o alpargatas en el caso de los más castizos) están con las suelas desechas. Te percatas de que o bien la suela tiene un agujero o está despegada.
No escatimemos en éste punto compañeros, si queremos llegar al 14 en condiciones hay que tener los pinreles en perfecto estado de revista.
Si vamos a estar todo el día trotando por ahí y saltando encima de todos los cristales que hay por la calle, hay que feriarse un calzado en condiciones.
Así pues, escarmentad en cabeza ajena y no esperéis hasta el mismo día 6 por la mañana para hacer las comprobaciones, no vaya a ser que os pase lo que a mí todos los años (incluido éste).
¡A disfrutar de San Fermin!
Una cosa se me escapa.¿Como es posible que a gente como nosotros que estamos todo el año pensando en San Fermin no se nos ocurra probarnos la ropa una semana antes en vez de dos dias antes?Somos unos zanganos de ordago.Yo ya tengo todo en la silla de mi cuarto.A partir de hoy intentar currar lo menos posible,evitar riesgos que provocan lesiones tontas que te jodan las fiestas y revisar el planing de almuerzos, vermus y comidas.
No hay que preocuparse, hasta el día 6 a las 10:30 todavía hay tiempo.
Y si algo va mal, en calzoncillos, que es igual.
Hola gente.
Ayer os oí en Radio Euskadi en la mesa de bloggers y me he pasado por aquí para ver como pinta esto.
Nos vemos en Iruña.
¡Aupa txabales!