XIII Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín


NUBES Y ROSAS

Marlenys Josefina Puello Martinez

Siento dolor en mi corazón, porque es el efecto secundario de la tristeza que inunda mis días, hace más de tres años que no puedo caminar, desde eso nada es igual, hace una semana llegué a vivir a este país, dice mi madre que el cambio me ayudará en algo, pero no he encontrado ese “algo”.

—Hijo, mañana hay una actividad llamada Fiestas San Fermín, ¿Quieres ir?

—No —expreso sin ánimos.

—Por favor hijo, los vecinos nos invitan. —Sé que no parará de insistir.

—Está bien iré. —Sale de la habitación entusiasmada y vuelvo a quedar solo, triste y sin motivos para sonreír.

Al día siguiente… siete de julio.

—Vamos hijo apresúrate, llegaremos tarde.

—No sé porqué te entusiasma tanto esto.

Al llegar no puedo creer lo que veo, hay un sin número de personas, vestidos de nubes y rosas; blanco y rojo. Las expresiones de felicidad me hacen sonreír, hace tiempo no lo hacía.

—Es hora del Encierro —escucho a alguien decir…

Lo que vi, lo que viví, lo que sentí en las Fiestas San Fermín me ha devuelto la chispa y de paso la sonrisa.
 

EL TRAJE DEL ASTRÁGALO

Pilar Fernandez Larrea

El traje cuelga del riel de la cortina, satina la luz intensa del sol por la mañana, siluetea tantos deseos al tiempo encadenados. No es el único traje del dormitorio que es lugar de sueños, escritorio, y refugio de noches imposibles. Los dos lucen rojos, uno es el de cada fin de semana, el de los partidos de balonmano, el de los goles que no entran, las amistades que crecen al abrigo del deporte, las sonrisas que mañana son lágrimas; otro es el de las danzas que llegan tras el solsticio de un verano que los 15 años esperan con la puerta desnuda de candados. Despedir los entrenamientos es saludar a los ensayos del atardecer de las tormentas. El traje trae la música, la música lleva a la fiesta, la fiesta llega al corazón. Lástima que el caprichoso diccionario de anatomía haya pintado en gris los días azules. El astrágalo dejará los trajes colgados, los sueños atrapados donde el tobillo acomoda un camino. Solo son milímetros de cartílago, de hueso que rompe un verano. Adiós a la fiesta.