Archivo por meses: julio 2022


XIV Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

ESKAILERAN GORA

Amaya Indave Navarlaz

2019ko urtarrilaren 1a. Nork arraio jarri zuen sanferminetako eskaileraren lehen maila urte zaharraren biharamunean??? Gainera gaurko lagunarteko afarian, Maitek Riau-riau kantaren letra osoa erakutsiko digu. Antza afaria karaoke bihurtuko da. Hau burukomina!

2019ko otsailaren 2a. Ai, ene! Gaurkoan Xabik bakarrik entsalada eta tortilla jango dituela dio. Badirudi, gabonetan kilo batzuk hartu eta gero, oso dieta zorrotza duela. Arinkeriatan burua galtzea ere…

2020ko martxoaren 3a. Mundua erotzen ari da eta lagun-taldeko gehienak ez dira afarira etorriko. Eskaileraren hirugarren maila bakoitzak bere etxean ospatuko ote du? Rioko inauterietan bakarrik dantzatzea bezain tristea izango da, seguru.

2020ko apirilaren 4a. Gaur kuadrillakook ezin dugu afaririk egin. Etxean Maitek ez du kantatzen eta meditazioari erabat lotu zaio. Bere aldetik, jo eta su dabil ariketa-bizikletan Xabi. Nik behintzat udaletxeko erlojuaren kanpaiak entzun ditzaket, hiriak bizirik jarraitzen duen seinale.

2021eko maiatzaren 5a. Sanferminak inoiz existitu al ziren? Eguneroko bizimodu grisak Iruñea mapatik ezabatu badu ere, gaur azkenik terraza batean afalduko dugu lagunok. Bizitza eta adiskidetasuna sutsuki ospatuko ditugu, ziur baietz!

2021eko ekainaren 6a. Ostertzan festarik ez eta gaurko afarian gure asmoen berri azalduko diogu elkarri. Maitek ditxosozko ez-sanferminak bakarleku espiritual batean iragango ditu. Xabik, aldiz, Tourra bertatik bertara ikusiko du. Beste lagunek Saloura joko dute. Eta nik…?

2022ko uztailaren 7a. Azkenean…!!! 

EN LOS CORRALILLOS

Amparo Gastaminza Iriarte

Noche del mes de julio.
Comparto espacio con mis compañeros.
Ellos no saben que ésta será su última noche. Están tranquilos, despreocupados.
La música inunda el ambiente, el tiempo empieza a refrescar y acaricia sus cuerpos un suave sirimiri.
Miro al cielo y, pienso que, si sigue así, no será ideal para correr a las 8 de la mañana. El suelo se vuelve peligroso para todos. Debemos hacer una rápida carrera por la Cuesta de Santo Domingo, Plaza del Ayuntamiento, Estafeta y penetrar en las Arenas con bravura.
Llevamos dos años sin salir y, mañana demostraremos nuestra casta.
Nosotros, los guiaremos por el camino, con la ayuda de los pastores.
Son muy hermosos.
Siento lástima por ellos, ya que no volverán a soñar.
Sus sueños acabarán mañana a las siete de la tarde.
Su entrada será triunfal y vitoreada. Su salida será la del derrotado.
Solamente carne arrastrada por la arena, pero ¡qué final tan glorioso les espera! 

UN NUEVO AMANECER

Ana Rodríguez Martínez

Me levanto muy temprano sabiendo que algo ha cambiado.
Este año va a ser distinto, me lo dice mi instinto.
Nunca antes lo has visto, nunca antes lo has vivido.
Con mucha ilusión nos vestimos de blanco, anudo tu pañuelo por primera vez.
Vamos a pasear por nuestra ciudad, que parece distinta, para nada igual.
El brillo de tus ojos delata tu ilusión, empieza la función.
¡Viva San Fermín! 


XIV Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

FIESTA CON AROMA A MAGIA

álvaro Valderas Alonso

Lo único que nunca se ha contado de los sanfermines es la tradición sobre los toros del tercer encierro, el día 9 a las 8.
El rito manda que los cornudos incapaces de soportar su vida y dispuestos a perderla por tratar de vengarse con los corredores del año siguiente beban toda la noche del tercer encierro del año anterior y amanezcan tirados por la calle, que los recojan los alguacilillos que preparan el terreno y los bauticen. Esa es la petición.
El universo se confabula (como en los cursillos de liderazgo) para traerles el año siguiente al/la maldito/a en la carrera, y ellos solo deben volver a emborracharse tras el segundo encierro, dejarse morir de alcohol y pena sobre las aceras, y que al salir el sol salgan también sus astas, los alguacilillos los arrastran por el rabo al encierrito, solo los sueltan si se arrepienten y se desmetamorfosean. Siempre hay suplentes.
El tercer día de encierro, ya toros ―recorrido de 850 metros menos la altura de un adolescente, muerto a finales del XVII, 1.40― cargan con furia contra lo que sea, buscan a su expareja, o al desgraciado que se la llevó. Al final, siempre mueren, descansan.
 

VOLVIÓ

Amaia Ambustegui Lapuerta

«Al crío me lo dejáis aquí para que viva sus primeros Sanfermines. ¡Tenía cuatro mesicos en los últimos! Nosotros, encantados, y vosotros os vais tranquilos a la playa a disfrutar».
Mi hermana accedió: habían reservado el viaje mucho antes de saberse si tendríamos San Fermín en 2022. Mis hijos son un poco mayores que Pablo, y estaban deseando ir con él a los gigantes, ver si le daban miedo los kilikis o si le gustaban los fuegos artificiales. Me extrañó el silencio de mi cuñado cuando les hice la propuesta: es uno de los que bailan a Joshemiguelerico, pero supuse que al llegar julio, por esperadas que fueran las fiestas, pudieron más las ganas de descansar.
Todos nos volvimos un poco como Pablo aquel San Fermín. Íbamos con los ojos bien abiertos absorbiendo la alegría que tanto necesitábamos, sorprendiéndonos con la magia de las primeras veces. El día 9 por la mañana, en plena calle Mayor, seguíamos al rey europeo cuando en un descanso vimos salir a mi cuñado de debajo de las faldas. «Dos ratos de tumbona me bastaron. Mi sitio está aquí». Y cogió en brazos a Pablo dándole un sonoro beso mientras el crío alucinaba. Mi hermana volvió el 15.

 

LLEGO EN NADA

Amaiur Elizari Plano

Observó el reloj de su escuálida muñeca, ese que tendía por su lacia piel. “Una ya no es lo que era”.

Las 11:58.

-Dos minutitos, no más, Sra. Victoria.

Cerró los ojos y su mente se trasladó con una galopada de recuerdos a una escena que parecía ya de otra época, donde se mostraba feliz y radiante, atándose con fuerza el pañuelico, entre olores a chorizo, jarras de vino y el tintineo de cada vaso sobre aquella desusada madera en pleno almuerzo en mitad de Calderería.

Recordó a su hermana Luisa poniendo la mesa, a Marga con los gemelos llorando entre los brazos, pero, sobre todo, a Mario. Su Mario. Peinado y pulcro. Observándola. “Te echo de menos, mi guapo”, susurró.

Las palpitaciones tomaron el control de su cuerpo.

Postrada en su silla de ruedas, la anciana extendió su mano huesuda hacia el cielo, como si intentase alcanzar las nubes con los dedos.

-Ahora, ¿sí? Nos vamos.

-No. Espera, todavía no ha sonado.

La mirada regresó hacia una nube concreta y ahora estiró sus dos brazos, deseando que se la llevaran volando.

Al fin estalló el cielo y una lágrima la trajo de vuelta.

-Viva San Fermín, Mario. Espérame, que llego en nada.
 


XIV Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

!VÍSPERAS¡ !BEZPERAK¡

Alfredo Charles Chevannes

Llegaba al Alba del 6 de Julio con la estación de Pamplona abarrotada. Esperan Lolintxe, Ibai, Estitxu y Maialen dentro de una algarabia festiva contagiante. Me llevaron al coche y hasta su casa como fonda; pudiendo aliviarme de la mochila e impaciencia del viaje.
Antes de las 12 del medio día; seguimos a multitudes de “Blanco” impoluto hasta la plaza Consistorial con alegría contenida.
Sonó el ¡¡Txupinazo !!…la sensación del más potente estallido desbordante de alegría colectiva. Inimaginable e indescriptible armonía de chavales y mayores anudando el pañueliko rojo al cuello. También en los hogares y lugares de trabajos con un solo cantar. ¡Viva San Fermín! ¡Gora San Fermín!…
Inicio de fiesta sin igual, preludio del 7 con cantos y bailes orquestadas musicalmente en el “Riau Riau” desde la iglesia de San Lorenzo, contrastando la sobriedad de chisteras que lucen los ediles en informal bullicio, con txarangas de txistus y gaitas acompasando a gigantes, kilikis y cabezudos. Las verbenas engalanan la ciudad y el rejoneo en la plaza de toros…pone acento a la actividad taurina.
San Fermín, con su capotico guia “Los Encierros” universalmente conocidos, las ofertas culturales, ocios diversos y socialización por doquier; que solo el agotamiento pausará hasta el “Pobre de mi”… 

2 AÑOS TARDE

álvaro Calcedo Riveiro

¡Pamplona, despierta!
Recogida, por una brisa eufórica.
Adornada, por trinos y cánticos que no requieren ya de filtros.
Llena de vida… y plagada de mis fantasmas.

Y yo, parado, me cuestiono en torno a todas las cosas que damos por sentadas.
Aquellas que llevan con nosotros desde siempre y forman parte de nuestro ADN.
Aquellas, que desgarra añorar más que nada en este mundo.

Y escucho el estallido de salida.
Y un trueno arrasa con mi noche.
Y lo sigue el entrechocar de pezuñas contra los adoquines.
Y por fin rompo mi ensueño y me pierdo en la marea de colores.

Mientras recorro corriendo calles y callejas que creía olvidadas lanzó al aire un beso.

De este encierro sí hay salida.
¡Va por ti papá!
 

LA GLORIA

álvaro González López

Aprendió a querer las fiestas de San Fermín antes de conocerlas. Ya de bien pequeño, siendo bebé, su padre le despertaba antes de las ocho de la mañana para disfrutar del encierro juntos. Le agarraba contra su pecho y recordaba aquellos años por Pamplona cuando era un estudiante y los Sanfermines eran el centro del mundo. Esos días de fiesta y felicidad, una felicidad a borbotones y no como acostumbra: leve ráfaga que llega y pronto se va.
La voz de Javier Solano acompaña en sus recuerdos todas las carreras de los mozos, y ahora que se jubila es cuando él se va a medir al animal más bello y peligroso del mundo por la cuesta de Estafeta. Cierra los ojos y vive la memoria de su padre: todo lo que éste le contó, todo lo que vieron, todo lo que imaginaron. Correrá y festejará por él, que ya no está, por ese padre al que siempre echará en falta: las pérdidas importantes jamás se superan, sólo se capean. Tratará de ser eterno desde el día 6 al 14, dios mundano de la nostalgia, del deseo y la dicha.
La gloria en Estafeta con los pitones afeitando sólo unos segundos dura toda la vida. 


XIV Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

FUTURE

Alejandro Cartujo Villar

Miro las imagenes de mis antepasados ataviados con camisas blancas, ojos llenos de vida y sonrisas dibujadas. Llega mi hora. Como cada año me preparo en mi cubiculo de apenas 10 metros. Me visto sin prisa, todavia faltan cuarenta espacios temporales para que estalle el chupinazo. Me coloco en la sien izquierda el receptor neuronal que me conectara por el equivalente a cinco ciclos de trabajo lunar a la plataforma de conexion. Precio demasiado elevado como para que un trabajador no cualificado se pueda permitir el lujo de mas de un encierro al año. Cierro los ojos aprieto el boton de conexion. Una destello azul comunica al receptor la interconexion neuronal con el programa base. Su cerebro esta emparejado con un corredor que en otro tiempo, en otra epoca ya pasada, cuando todavia existia vida en el planeta llamado tierra unos hombres corrian delante de unos animales enormes, armados con cuernos capaces de hacer pedazos a los hombres que cada año corrian delante de ellos. Respiro profundo, termino de atarse en el cuello aquella vieja tela que ya hace años habia perdido la tonalidad rojiza y a grito pelado comenzo a cantar: San Fermin te pido…

 

EL SABOR DE LA FIESTA

Aleksandra Merdovic

No hay otro sabor en el mundo como el sabor de la fiesta. La fiesta tradicional, quiero decir, esa que reine a un pueblo entero; una cultura entera en un solo lugar, en un solo corazón.
Tiene ese aire mágico, un aire que te envuelve y te transporta a un lugar aparte. Desde el primer cohete hasta la última nota de la canción de despedida, no soy yo misma; más soy parte de esa locura que nos arrastra a todos en su vórtice de fiesta. Camino por las callas llenas, mi mirada salta de un lado a otro; incapaz de abarcar tanta belleza a mi alrededor.
Quiero estar a todos lados, no quiero perderme ni un solo pedazo de esta belleza. Vuelvo todos los años y cada vez que quedo con ganas de más. Miró el encierro, con el corazón en un puño. Miró y no dejó de mirar, observó esperando que las imágenes se graben en mis retinas para siempre.
Porque no soy yo, no soy la misma. Es la fiesta quien respira a través de mí.
 

INTENSIDADES.

Alfio Omar Cao Favot

Acariciaba la foto que tenía con su esposa en el pueblo en el 92. Ella vivía todo al máximo, quizás por eso se fue pronto. Afuera una infinidad de historias experimentaban los momentos más comprimidos de sus vidas, todo era presente, corriendo con los toros. Corazones en la boca. Adentro, la tele hablaba de cosas sin importancia, desastres lejanos, casi mentiras. Todo era pasado y silencio. El teléfono tampoco sonó ese día.

Jugueteó amargamente con la idea: cuanto tardarían en encontrar su cuerpo si moría esa noche de San Fermín
 


XIV Certamen Internacional de Microrrelatos de San Fermín

EL CORREDOR

Alejandro Ruiz Picazo

Mi momento es ahora. Mi padre estuvo aquí antes que yo y su padre antes que él. Es un lugar de gigantes, de privilegiados que se codean con los dioses. Estoy nervioso, ya queda menos para empezar a correr.
Van a ser unos pocos minutos, corriendo junto a sus hermanos, rodeados de entregados corredores. Hay ruido a mi alrededor, pero estoy centrado, el privilegio que es correr en esta ciudad, en este día, merece toda mi concentración.
Se abren las puertas y salgo corriendo, mi respiración se acompasa con el movimiento de mis músculos. La gente nos recibe con gritos de júbilo.
El clamor se hace ensordecedor al llegar a la plaza completamente teñida de blanco y rojo. Paseo victorioso por la plaza, cabeza alta, cornamenta apuntando al cielo. Hago mío el aplauso de esta ciudad que nos cuida y nos adora por igual. Que menos que correr por sus calles en estos gloriosos días de encierro.
Mientras en otros lugares los míos luchan hasta la muerte, aquí corremos en una procesión sagrada. En este día devuelvo parte del amor que esta ciudad me ha dado. Tras una última vuelta triunfal me dirijo al corral, con la sensación del deber cumplido.  

LOS NERVIOS DEL AYUNTAMIENTO

Alejandro González Mariezcurrena

Un fuerte grito me despierta. Apenas he dormido. Podría culpar a los irunzarras que cada año se duermen más tarde y se despiertan más temprano. Pero en realidad son los nervios, del gran día. Tengo demasiados años y he renacido de mis cenizas hasta en dos ocasiones, pero cuando los primeros rayos de sol del día 6 de julio calientan mi cabeza, mis cimientos se retuercen ilusionados como un niño pequeño. Pasan las horas y mis terrenos se van tiñendo de rojo y blanco poco a poco. Algunas personas se quedan a hacerme compañía desde bien temprano, otras simplemente pasan camino a su tradicionalmente merecido almuerzo. Si en lugar de hormigón y escaleras tuviese un estómago, también comería unos huevos con txistorra para poder aguantar la que se viene encima. Va llegando la hora. Las cámaras de televisión me apuntan. Recuerdo que la gente realmente no está aquí por mí, así que me dejó llevar. El ruido me emborracha y cuando el olor a pólvora es acompañado por un fuerte estruendo, grito de felicidad con las miles de voces que me han sido prestadas. Y como cada año, mi corazón comienza a latir durante 8 días y con su primer latido comienza la fiesta.  

LA ESTACIÓN DE LAS ALMAS ERRANTES.

Alejandro Placek Paularena.

Son las tres de la mañana de un Lunes 8 de Julio de 2.019 y , tras un periplo agotador, llego con mis hijos Manolín y Rocío a la estación de autobuses.
El exterior nos engaña y mi niña se pone una rebequita.
Me llamo Manuel. Venimos desde Alcalá de Guadaira, en Sevilla, y las 8 sale otro autobús que nos conduce a Sartaguda. Nos han contratado para la temporada de higo ecológico.
Mi chaval repara en un pañuelo abandonado en un banco y se lo amarra al cuello. Su hermana me insinúa en voz baja que, para menos de 5 horas que vamos a estar, al menos, que parezcamos pamplonicas;
el crío le lanza una mueca burlona, asintiendo.
Colocamos una maleta a modo de mesa y, junto a una especie de muralla, desliamos el papel de plata de nuestros bocadillos. Un grupo de personas, enfrascados en su típica indumentaria, nos ofrecen un trago de vino de una bota saltarina y botellines de agua para los chicos.
Nos vence el cansancio…
A punto de subirnos al autobús, algo parecido a un petardo nos llama la atención.
Mientras miro al cielo, se me ocurre pensar…¡ qué gente más apañá estos navarricos !